Antoine Griezmann no pasa por su mejor momento en el Atlético de Madrid. El galo volvió a mostrar una versión apagada de sí mismo en el último partido ante el Villarreal CF, en el que además fue sustituido en la segunda parte. Una sustitución que le pilló por sorpresa y que, a tenor de sus gestos en el banquillo, no le sentó nada bien.
"¿Yo?", se preguntó el propio futbolista cuando vio el cartelón en la banda. Simeone decidió mover la delantera al completo, metiendo a Morata y Correa y sacando del campo a Depay y Antoine. El francés abandonó el campo con gesto cabizbajo y caras de pocos amigos. Se colocó en una esquina, junto a Rodrigo Riquelme, y apenas se movió de su asiento.
El partido se acabó rompiendo en el tramo final. Pudo caer de cualquier lado, pero cayó del lado atlético: gol de Saúl Ñíguez con la pierna izquierda, acariciando la pelota hacia la portería. Las cámaras de Movistar captaron en ese momento el banquillo del Atlético: todos de pie, Giménez empujando a Nelson Vivas y al fondo, a la esquina, un Griezmann que ni siquiera se levantó de su asiento.
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— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) April 2, 2024
Melero López añadió seis minutos a un partido que finalmente se fue al 97'. El francés, en su línea, apenas parecía nervioso en el banquillo, a diferencia del resto de sus compañeros. Mantuvo su gesto de pasividad cuando el colegiado decretó el final del partido, mantuvo su gesto cabizbajo al levantarse del banquillo y se fue definitivamente a los vestuarios en esa misma línea de nula efusividad. Y eso que el triunfo del Atlético era vital para recuperar la cuarta plaza.