El deporte nos deja historias maravillosas. Una de ellas es la historia del padre Andrés, un cura malagueño que se divide entre sus tres pasiones: su fe, el pádel y el Atlético de Madrid. Una trinidad algo extraña, pero que nuestro protagonista disfruta sin dudarlo.
Desde ElDesmarque en Cuatro, hemos hecho un reportaje muy especial a este cura tan divertido para que nos cuente de dónde vienen estas aficiones y cómo empezó todo. “Soy un pobre cura desde hace 55 años. Vengo de una familia humilde en la que nunca me ha faltado nada, pero tampoco sobrado. Hice mi carrera de cura en Roma y luego estuve en América 20 años. Donde más he estado Argentina y Perú. También me he dedicado a las cárceles”, comenta Andrés.
Más allá de su devoción, el padre Andrés encontró otra pasión en un deporte. “El pádel para mi es una parte de la vida. Creo que la vida es un regalo y Dios no da nada malo. El deporte es algo positivo para llevar una vida sana y tener un cuerpo sano. Siempre he hecho deporte y me viene mejor. He elegido el pádel porque me gusta. También me gustan otros deportes como correr, pero no disfruto lo mismo. En el pádel si pierdo disfruto, pero si ganó disfruto aún más”.
¿Cuándo comenzó a jugar al pádel? “Juego al pádel desde el año 77 en Argentina. Aquí no se conocía apenas. Allí hubo un boom de pádel. Jugaba con profesores, amigos, alumnos. No tenía ni idea, pero me enganche. Es un deporte que no agrede al cuerpo, quizá solo las rodillas, pero yo no he notado nada”, nos cuenta mientras se ríe.
¿Cómo lo vives en la actualidad? “La gente me dice, cómo juegas con 80 años. Porque puedo, no tengo problemas físicos, porque no. Juego con gente de 40 años, pero a veces con algunos de 20 que si no tienen técnica los machacamos. Ahí no hay caridad alguna. Si tú puedes pisar, pisas, pero con cariño”, confiesa. “El pádel es un accidente. Es una forma de vivir, el don de Dios. Es el sentido, me da alegría”.
Además, ya es conocido por sus rivales y le temen hasta el punto de no jugarse nada con él en los partidos. “A veces, jugando, nos apostamos rondas de cervezas. Ya no se atreven a apostar conmigo más, no he pagado una ronda nunca. Les hago pagar a ellos”, se jacta este divertido cura.
“Soy del Atlético no sé por qué. Mi padre era del Madrid”, nos comenta el padre Andrés. “El Atlético tiene de bueno que sabe perder y ganar. Ganar siempre es aburrido y esta es una forma romántica de vivir la vida”, afirma y ya ha hecho una petición a Dios para esta temporada. “A Dios le pido que el tiempo que me regale pueda disfrutar de esto. Hay formas, nexos, de estar agarrados a sus hermanos. El pádel es uno de esos nexos”.