Que Antoine Griezmann es uno de los mejores jugadores del Atlético de Madrid está fuera de toda duda. Que anda en un mal momento, también. El galo volvió a mostrar una imagen gris en el triunfo del Atlético de Madrid ante el Athletic, marchándose de nuevo de vacío en la faceta goleadora y, además, regalando al cuadro bilbaíno el contragolpe que acabó en el gol de Nico Williams.
Un pase hacia atrás, hacia una zona prohibida, a un rival, encauzando la contra del Athletic. Una acción pocas veces vista en el francés, que evidenció un día más que está lejos de su mejor versión. Una versión negativa que, para tristeza rojiblanca, se está alargando más de la cuenta.
El dato liguero es demoledor: Griezmann sólo ha marcado dos goles en la segunda vuelta. Los dos ante el Girona, en el partido anterior del Metropolitano de manera determinante ante un rival directo. Para encontrar su anterior diana en el campeonato doméstico hay que remontarse al mes de diciembre, ante el Getafe, cuando también anotó otros dos goles. Y su última asistencia fue a finales de enero ante el Rayo.
Entre medias, eso sí, Griezmann ha tenido actuaciones estelares en momento puntuales. Su gol al Inter para liderar la remontada en el Metropolitano o aquel tanto determinante ante el Real Madrid en la Copa del Rey, por ejemplo.
Pero su momento de forma no es el mejor. No marca, no asiste, no interviene tanto como antes, no marca diferencias. Y en ocasiones como el gol del Athletic, resta. A sus 33 años, el galo mantiene vivo además el deseo de jugar la Eurocopa y los Juegos Olímpicos este verano, lo que le dejaría sin vacaciones tras un curso en el que ya ha jugado 44 partidos.
La próxima temporada, el Atlético jugará al menos 50 encuentros y podría rozar los 70 si llega al tramo final de las distintas competiciones, lo que genera cierto debate sobre el estado físico del '7' y esa posible cita olímpica en París. De momento, Griezmann no jugará ante Osasuna y tendrá 15 días por delante para descansar.