Si algo echaba de menos Diego Pablo Simeone en el Atlético es volver a ser un muro atrás. Con el susto de haber encajado dos goles en la primera jornada liguera ante el Villarreal, el conjunto rojiblanco ha logrado sobreponerse a los fantasmas de la temporada pasada y firmar este sábado en San Mamés la otra portería a cero.
Un cerrojo que, sumado a los anteriores encuentros ante Girona y Espanyol, refleja que el Cholo tiene motivos para ilusionarse con una plantilla que vuelve a ser completa en todas las líneas, y se nota sobre todo a la hora de defender. Por supuesto, no es casualidad, y existe un trabajo detrás que respaldan los tres partidos y medio sin encajar.
Hace menos de un año se le notaban las costuras al Atlético. Un equipo que se partía por las grietas entre defensa y mediocampo que terminaba castigada por los rivales. Un aviso que más tarde terminó por dejarles fuera de todos los títulos a meses de concluir la campaña.
Jugadores como Savic, Reinildo no estaban al nivel, además de las continuas lesiones de Giménez y dejando a Witsel como el único capacitado de sacar el balón desde atrás. En otras palabras, su mejor central era un pivote. Simeone lo quiso trabajar en la segunda parte del curso pero llegó tarde para arreglar el asunto más allá de asegurar su plaza Champions.
Otro de los grandes reclamos del entrenador argentino era más contundencia en los balones divididos, una labor que ha asumido el recién llegado, Robin Le Normand. El defensor llegó con el papel de suplir la baja de Mario Hermoso y en cada partido va a más.
Hasta ahora lo ha jugado todo, mejorando desde que cambio el perfil zurdo. Un soplo de aire fresco que va ligado al buen estado de forma sal que está Giménez. El uruguayo volvió con muchas ganas y, siempre que ha estado en el césped, el equipo no ha recibido gol (jugó la segunda parte en Villarreal, descanso ante el Espanyol pero jugó los otros dos completos).
El hecho de tener una mejor defensa no impide que los rivales no disparen a puerta pero, en lo que llevamos, tampoco es que haya sembrado mucho peligro. Si tomamos en cuenta los cuatro partidos, solo se ha producido nueve ocasiones.
Frente al submarino amarillo hubo tres, uno siendo el gol en propia meta de Koke Resurrección. Ante el Girona subió una más sin peligro alguno, mientras que entre Espanyol y Rayo solo sumaron uno cada uno.
El Atlético se parece mas que nunca al Atlético, valorando la importancia de no encajar para sufrir, ya sea con Oblak o Musso. Dentro de un par de semanas jugarán la siguiente cita contra el Valencia en casa, el equipo más débil del campeonato.