En este Atlético de Madrid plagado de argentinos ha llegado un vendaval llamado Giuliano Simeone. Nadie esperaba que el hijo pequeño del Cholo fuese a triunfar de esta manera y la puerta grande se le queda pequeña después de derribar todas las expectativas que había en él. La prueba ha sido su partidazo contra el Valladolid en el Metropolitano. Los rojiblancos han comenzado perdiendo tras un penalti por mano de Lenglet que revisó el VAR y el menor de los Simeone ha llegado al rescate cuando más se le necesitaba.
Giuliano ha sido un dolor de cabeza para los defensores del Pucela de principio a fin. Tan solo ha necesitado cinco minutos para dar un vuelvo al marcador. Primero ha provocado un penalti por un pisotón de Javi Sánchez dentro del área. El atacante ha llegado antes que el capitán del Valladolid que llega tarde y acaba pisando con los tacos el empeine de Simeone. Un penalti algo tímido pero que esta temporada se han pitado sin dudar, como aquel famoso en el derbi contra el Madrid de Tchouaméni o el de Camavinga contra Osasuna. La pena máxima no la ha fallado Julián Álvarez con un golpeo al centro engañando a Ferreira. El primer zarpazo de Giuliano.
Otra acción castigada con penalti, pero ahora a favor del Atlético de Madrid 👀
Así fue el pisotón sobre Giuliano Simeone que supuso el empate colchonero#LALIGAenDAZN ⚽️ pic.twitter.com/jDUJTZIGRS
— DAZN España (@DAZN_ES) April 14, 2025
El segundo no iba a tardar mucho en llegar después de que Julián recogiese el balón de la portería del Valladolid como si supiese lo que iba a venir. Un jugadón de Gio llegando a línea de fondo y recortando a Henrique con un regate de época. El remate, igual que el resto de la jugada, para enmarcar. Giuliano ha fusilado a Ferreira por alto con un potentísimo disparo ante el que no ha podido reaccionar. Un golazo con el que se ha caído la capital y que confirma a Giuliano como una auténtica estrella en LALIGA EA Sports.
Un golazo con el que no solo ha enloquecido el Metropolitano, también lo ha hecho su padre desde la banda. Es difícil diferenciar quién lo ha celebrado más, si el padre o el hijo, pero es imposible sentir menos pasión rojiblanca.