Kevin Behrens, jugador del Wolfsburgo y de la selección de Alemania, ha protagonizado un capítulo vergonzoso de la homofobia en el fútbol profesional. A pesar de que la gran mayoría de casos viene por parte de los aficionados, también los hay en casos de los propios futbolistas, y ahora se ha vivido en la Bundesliga.
Y todo proviene de una campaña que hizo su club en una campaña benéfica con el fin de promover la igualdad y la inclusión social, algo de lo que no estuvo muy de acuerdo el delantero centro.
En ella sacaron un edición especial de la camiseta del equipo con el arcoíris característico del movimiento LGTBI para que la firmaran los jugadores pero Behrens, no solo se negó a firmarla, sino que se atrevió a soltar un comentario homófobo: "No voy a firmar esta mierda gay".
Dicho acto no tardó en generar furor entre los empleados y asistentes del evento, lo que hizo que el futbolista tuviera que reunirse de urgencia con el director deportivo Sebastian Schindzielorz. En ella, según informó Bild, le transmitió que no tenía nada en contra del colectivo homosexual.
Horas más tarde, el club no tardó en publicar un comunicado para explicar lo sucedido: "Durante una reunión interna hubo declaraciones que no estaban en línea con la posición del VfL Wolfsburg. El incidente fue tratado internamente de inmediato. El VfL Wolfsburg destaca que es consciente de su responsabilidad social. El club y sus empleados defienden la diversidad y la tolerancia; valores fundamentales como el respeto, la honestidad y la apertura siempre han estado firmemente anclados en la filosofía del club" .
Después de la posición del club, fue el propio jugador quién pidió a dicho medio alemán alzar la voz para disculparse y retractarse de sus palabras: "Mis comentarios espontáneos no estaban en absoluto bien. Me gustaría disculparme por eso. El tema fue claramente discutido internamente y les pido su comprensión de que no deseo hacer más comentarios al respecto".
Dicho incidente ocurrió a finales de septiembre, por lo que no parece que hubo ninguna sanción deportiva al haber estado presente en el partido del pasado fin de semana (se quedó en el banquillo). Otro claro ejemplo de que la homofobia sigue estando muy presente en los campos de fútbol y, lo más preocupante, es que también los hay desde dentro.
El comentario de este futbolista es ciertamente desafortunado;ahora bién tampoco me parece de recibo que una entidad,en este caso un club de fútbol,obligue a sus integrates a solidarizarse publicamente con campañas con las que a algunos no esten de acuerdo o no les parecen el modo adecuado.En concreto en este caso,yo entiendo que no desear participar en ese partido no quiere decir que no respete a los homosexuales sino que no está de acuerdo con todo este mecradillo que hay montado en torno al colectivo multicolor LGTBI.Noi mas ni menos,como nos ocurre a mucha gente,qu somos respeuosos pero desentimos de ese circo.