El arquero cadista lo ve una oportunidad de reivindicarse: "Tanto a nivel individual como colectivo, es importante demostrar que uno está preparado para jugar en cualquier momento". Y es que los meses sin jugar se le han hecho eternos: "El año se ha hecho muy largo. Es complicado no jugar, pero hay que sacar las cosas positivas y seguir hasta el final peleando a la máxima intensidad, porque nunca se sabe lo que puede pasar".
Y es que el portero está preparado porque sabe que una lesión o una inoportuna expulsión puede variar todos los planes de futuro inmediato: "Puede darse la situación de jugar el partido decisivo cuando no se ha jugado en toda la liga. El día que llega la oportunidad dura sólo ese día, porque que un portero entre en un momento no tiene porqué dar continuidad".