(0-1) Condenados a muerte

Las ganas acompañaron a los amarillos en el inicio del partido. Un tiro de Viyuela pegado al palo a los siete minutos, fue la acción con más peligro del Cádiz en los últimos siete partidos. Diez minutos después Juan Villar no llegó por poco a un buen centro de Dieguito. Pero lo anímico siempre tiene altibajos, y la confianza se esfummó cuando en el 23 un lanzamiento de Mario Martos hizo lucirse a Aulestia para evitar el gol. Ahí el Cádiz se desplomó.
Casi veinte minutos sin ocasiones dejaron los últimos cinco de la primera parte, donde la frase "quiero pero no puedo" define lo sucedido. Viyuela, Indiano, Dieguito y Villar lo intentaron en la creación pero fallaron en la definición.
La reanudación volvió a dejar la peor cara del Cádiz. La misma que se pudo ver con Monteagudo o Ramón Blanco en el banquillo. El Jaén comenzaba a llegar con facilidad, a aproximarse con peligro y a testar los tiros a puerta. El Cádiz ni tan siquiera se aproximaba. Hasta tres saques de esquina tuvo el Jaén en apenas diez minutos, y todos ellos fueron rematados por los visitantes.
Por si fueran pocos los problemas, a los 67 minutos se tuvo que retirar Moke lesionado. Raúl Agné movió el banquillo dando entrada a Vergara y Belencoso, buscando una profundidad de la que había adolecido en todo momento. La desesperación comenzó a adueñarse de la grada, que intentaba animar a los suyos, pero veían como la respuesta en el campo era nula por parte de unos jugadores faltos de ideas y autoestima.
Pero si había una forma de perder dolorosa, sin duda era esta. En el minuto 87, tonteo de la pelota en defensa, Bermúdez que envía para que Aulestia golpee, el vasco falla, y se la mete en propia puerta. ¡Increíble!. Equipo condenado.