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Unas 6.000 personas en Carranza.

Aspiraba el encuentro a tener buenas dosis de fútbol y los primeros minutos aportaron a un Cádiz que intentaba llevar el peso del juego, y un rival que no venía a Carranza a especular. Dos primeras acciones en cinco minutos de juego ya merecieron el gol para Airam y Villar, pero a los siete minutos el Cartagena se iba a quedar con un futbolista menos por una justa expulsión a Mariano. La falta fue clara sobre Juan Villar que encaraba el área en solitario. Eso dio alas a los amarillos que empezaron a generar un arsenal de ocasiones. Villar, Nafti, Kike Márquez... Todos tuvieron su ocasión para abrir un marcador que se resistía. El equipo de Tevenet no renunciaba al ataque, pero utilizando el único arma posible: el contragolpe.

La segunda parte comenzaba con un recital amarillo. Encerrado el Cartagena en su campo, las ocasiones tenían color amarillo. Luque tuvo un lanzamiento frontal pegado al palo, y justo después un centro de Kike López fue rematado de cabeza por Kike Márquez luciéndose Limones en el despeje. 

Variaba Agné quitando a Dalmau y metiendo a Perico, arriesgando con tres defensas para dar toda la mordiente en ataque. La tónica siguió siendo la misma, pero los minutos avanzaban sin éxito. El Cartagena se conformaba con el punto y planteó dos líneas de cuatro muy juntas, que se convertían en una tela de araña para los cadistas. La entrada de Gato por Kike Márquez estaba llamada a dar mayor velocidad por las bandas. Se abusaba de tocar, se buscaba verticalidad, pero todo intento siempre se encontraba con uno de los muchos rivales que cerraban a cal y canto la portería cartagenera. Ni los seis minutos de descuento sirvieron... Punto ineficaz y sin sabor alguno.