Y es que Airam, aunque ha pedido un esfuerzo final para entrar en el play-off, es consciente de que su equipo en Cádiz perdió la posibilidad de no depender de nadie para lograr el objetivo. En estos meses en La Tacita ha tenido mucho cariño de la gente y se siente como en su casa. Sus 22 goles, y los que podrían llegar, ya forman parte de la historia amarilla, aunque su gran deseo es volver a derramar lágrimas... pero de alegría.