Aquí no ha pasado nada

Con el orgullo herido. No había porque estarlo, pero esa fue la sensación que daban de entrada los futbolistas amarillos. Desde que Cuadra Fernández pitará el final del partido ante el Sevilla Atlético, en el vestuario se instauró la ilusión para la próxima cita. Y esta llegó más temprano, en una jornada adelantada al sábado tarde.

Veinte minutos de buen fútbol, intensidad, precisión y goles. Los amarillos fueron una máquina que funcionó a la perfección en los primeros minutos. Espoleados por la inesperada derrota en casa ante el flilial sevillista, los hombres de Claudio Barragán tenían entre ceja y ceja demostrar que lo del pasado domingo fue un tropiezo sin importancia. En once minutos, lo habían conseguido. Ya no había nadie que se acordara de esa derrota.
Y con esa rabia salía el lider del grupo IV al Ciudad de Lepe. Dos goles en 11 minutos. Una ventaja que se quedaba corta cuando el cronómetro ya rebasaba el minuto 20. Pudo haberse ido con algún gol más el Cádiz al descanso. Pero lo mejor de los amarillos se quedó en lo ofrecido en la primera mitad. En estas situaciones también se destapan los equipos campeones. Y el de Claudio Barragán, aunque sufrió de forma innecesaria en la segunda parte, demostró que además de calidad, tienen amor propio para acabar de golpe con cualquier tipo de duda que hubiera surgido tras el último tropiezo en Carranza.
La afición amarilla, una vez más, respondió como acostumbra a la cita con su equipo. Cerca de 300 acompañaron a los amarillos en Lepe. Sigue la comunión entre hinchada y equipo. Sigue el cadismo con la ilusión por las nubes.