Ambos equipos sabían que era fundamental el comienzo del partido. Ver quién llevaba la iniciativa, quien buscaba el área contraria... Pero la instantánea fue idéntica al Tartiere en la ida. El Cádiz Club de Fútbol logró gracias a un buen posicionamiento embotellar al Real Oviedo en su campo, el balón en posesión de los carbayones no se traducía en jugadas de gol, sí de ataque pero moría en la frontal del área.
Sergio Egea buscó la experiencia de Generelo en vez de la explosividad de Omgba, repitiendo el mismo once titular, mientras que Claudio quiso apostar por la dupla Airam-Jona en punta, variando a un 4-4-2 respecto a la ida.
El mucho respeto y la agresividad en centro del campo dejaba el juego en apenas tres cuartos de campo. Jona tuvo un mano a mano con Esteban que el hispano-hondureño definió muy flojo, lo que no dio problemas al portero. Pasada la media hora, el Oviedo quiso tomar protagonismo a balón parado. Dos faltas laterales metieron el balón en el área, y dos saques de esquina hicieron emplearse a fondo a la zaga amarilla. Las réplicas sí fueron más que claras. Desde el costado del área Kike Márquez clavó en el larguero una falta directa, que tuvo su continuidad con un chut desde fuera del área que hizo lucirse al portero oviedista para despejar a córner.
Hasta el descanso se vieron los mejores minutos de los locales, ante un rival que se vio condicionado por la lesión de Nacho López en un choque con Airam, que hizo a Egea sustituirle por Redondo a falta de dos minutos. Su entrada no varió el panorama y el empate a cero continuó para tomar fuerzas de cara a la decisiva segunda parte.
La reanudación fue de claro color carbayón. El ímpetu de los de Egea tuvo su premio con un córner de Susaeta que David Fernández remató de cabeza en el segundo palo para poner el 0-1. Quedaba por delante más de media hora donde la veteranía ovetense se impuso. Los numerosos partidos que acumulaban muchos jugadores del Real Oviedo en Primera acabaron imperando A partir de ahí el Cádiz fue un quiero y no puedo. Héctor Font tuvo el segundo en sus botas con un lanzamiento que estrelló en el palo.
Los carbayones cambiaron creación por destrucción. Todo el equipo metido en campo propio buscando una contra que le diera la confirmación. Claudio se vio obligado a cambiar arriesgando con la entrada del arsenal ofensivo que le quedaba en el banquillo. Sólo el último minuto pudo cambiar el resultado. Un tiro de Garrido desde la frontal que envió la zaga a córner y una falta desde la media luna que Josete no logró meter en puerta contraria.
Los minutos se acabaron consumiendo en favor de los de Sergio Egea que lograron un merecido ascenso, silenciando un Ramón de Carranza que espera el camino largo para regresar a Segunda.
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Cero futbol creado por el Cadiz. Patadones arriba 2.000! Balones perdidos/regalados 2.000! Para jugar asi es mejor quedarse donde estamos por lo menos en 2a.B ganamos algo.