Álvaro García tuvo que calmar a una afición abochornada con el Cádiz

A pesar de que el Cádiz llevaba tres partidos sin ganar y aunque la primera plaza estaba imposible, hubo presencia de cadistas en las despobladas gradas del estadio de los Juegos Mediterráneos.

Era normal que al término del encuentro fuera grande el enfado de algunos de esos aficionados, que fueron testigos directos de la enésima decepción que les brindaba su equipo. En esta ocasión, perder contra el colista, un equipo que está virtualmente en Tercera y que le volvió a sacar los colores a los de Claudio Barragán.
Tuvo que ser Álvaro García, el único que dentro del campo se ganó el aprobado en el partido, el que se acercó a esos aficionados para dialogar y recibir sus quejas. Una muestra más del desastre de un equipo que no da la talla dentro del campo y que tampoco lo hace ante una afición que ya no puede estar más harta.