El Cádiz certificó el pase a la final por el ascenso con un convincente triunfo en Santander. Con oficio, con un buen planteamiento y con un golazo de Álvaro García dio el antepenúltimo paso hacia su objetivo.
Desde el inicio se veía que nadie escondía sus armas. El Racing presionaba arriba y al Cádiz se le veía con personalidad y bien puesto sobre el campo. Los locales querían llevar la iniciativa, pero el primer susto lo dio el equipo de Cervera con una ocasión muy buena de Álvaro García, que se quedó solo después de una genialidad de Güiza, que dejó pasar la pelota. El remate del utrerano le salió demasiado cruzado.
Y la réplica la puso el Racing en una ocasión que terminó dentro de la portería de Cifuentes, pero fue anulado porque cuando Dioni marcó a puerta vacía estaba en posición de fuera de juego tras un buen disparo de Óscar que había sido despejado por el cancerbero amarillo. Esta situación despabiló a los cántabros, que a los 10 minutos se habían hecho con la posesión casi en su totalidad. Jon García, de cabeza, también puso a prueba al portero cadista.
A los santanderinos se les veía muy decididos. En cuanto llegaban al borde del área se atrevían a tirar y Artiles probaba fortuna en el minuto 12, pero la pelota se fue muy arriba. El Cádiz esperaba su momento y se ponía en manos de Güiza, que estaba muy inspirado.
Era un partido más abierto porque ya uno de los dos tenía la necesidad de arriesgar. Eso provocaba que hubiera espacios en campo del Racing y daba la impresión de que los cadistas lo terminarían aprovechando. En defensa el equipo estaba muy concentrado y no faltaban las ayudas cuando algún jugador local como Artiles superaba la línea diseñada por el entrenador amarillo.
El partido estaba en la línea de lo esperado. Tras el empuje inicial del Racing, las fuerzas se fueron igualando y a la media hora el encuentro se cerraba. El Cádiz creaba peligro a la contra, pero fallaba el último pase y los locales tampoco estaban muy finos para rematar sus intentos.
Álvaro Cervera había apostado por Fran Machado, como en Ferrol. El ex del Jaén no terminó de aportar mucho en la mediapunta. Menos mal que Cifuentes sí estaba al ciento por ciento en su rendimiento porque evitó el 1-0 en un gran remate de Migue García a centro de Coulibaly en el minuto 35. El Racing se venía arriba y el Cádiz sufría porque el acoso era total. Habían encontrado espacio en la espalda de Servando y tanto Óscar como Coulibaly hacían daño.
El primer tiempo finalizaba con empate sin goles y la sensación de que la segunda parte sería de mucho sufrimiento. Si Álvaro García hubiera marcado pronto, como en Ferrol, la historia habría sido otra. Pero...
En el inicio de la segunda parte la pinta era la misma. El equipo de Munitis tenía más empeño que ideas y el Cádiz no quería meterse atrás para no darle demasiadas opciones a su oponente. El balón duraba poco en poder de los amarillos y eso no era una buena noticia. El partido parecía teóricamente controlado, pero la inquietud era inevitable porque el Racing ponía muchos balones en el área, casi siempre creando peligro desde la banda de Servando. Óscar centró bien desde ahí, pero Dioni no llegó en el remate en el minuto 59.
Faltaba un gol cadista para acabar con los sufrimientos y llegó. Álvaro García marcó un gol antológico en una jugada desde el centro del campo en la que fue capaz de driblar a dos jugadores y de batir por bajo a Óscar Santiago. Una obra de arte con la que el partido entraba en otra dimensión. El Racing tenía que meter tres goles y no daba la impresión de que fuera una empresa sencilla.
El Racing estaba groggy y el Cádiz se podía aprovechar. Cuando tenía la pelota contaba con la osadía del que se sabe ganado y Salvi estuvo cerca de hacer el segundo con un disparo que se marchó alto. Los locales no daban una a derechas, pero Dioni estuvo cerca de marcar en el minuto 68 con un lanzamiento lejano. También pudo Fran Machado hacer el segundo, pero su remate en el primer palo le salió muy alto.
Casi todo el mundo en El Sardinero sabía que el pescado estaba vendido, pero el Racing no quería rendirse. Dioni marcaba y se le anulaba de nuevo por fuera de juego. En este caso la jugada no estaba tan clara como la del primer periodo. De ahí al final no hubo mucho que contar. El Cádiz, este año sí, cuenta con jugadores expertos capaces de darle a los partidos el ritmo y los parones necesarios.
Lo del Racing era un quiero y no puedo y el Cádiz vivía con tranquilidad el final, aunque con el mal cuerpo de haber visto salir del campo llorando a Álvaro García, lesionado. El único punto negativo de un partido en el que el Cádiz ha vuelto a confirmar su metamorfosis. El ascenso está a la vuelta de la esquina y ahora sólo el Hércules se interpone.