El Cádiz sale del infierno seis años después

El 19 de junio de 2010 jugó el Cádiz su último partido en Segunda División. Fue contra el Numancia y su triunfo por 4-2 no le sirvió para escapar del descenso. Ahora, seis años después, vuelve a la categoría de plata.

Se puede decir que el club cadista vuelve a su sitio natural. Estadísticamente ha militado en 37 temporadas en Segunda División, 15 en Segunda B y 12 en Primera División. Por lo tanto, es el sitio que le corresponde, disfrutando del fútbol profesional y con la ilusión de dar el salto de categoría si se hace un buen trabajo.
La última temporada en Segunda no dejó buenos recuerdos porque fue una campaña en la que el Cádiz no dio la talla. Venía de ascender de la mano de Javi Gracia, pero el equipo no se reforzó como habría sido necesario y bajó junto al Murcia, el Real Unión de Irún y el Castellón. Gracia fue destituido y su puesto lo ocupó Víctor Espárrago, que no fue capaz de mantener al equipo.
Tras los años dorados en los 80, en los que el club gaditano fue capaz de estar en Primera ocho temporadas de manera consecutiva, cayó en Segunda B tras un paso fugaz por Segunda en la temporada 93-94. Un infierno de nueve años en Segunda B concluyó con el ascenso logrado con Jose González en la 2002-03. Inolvidable es el ascenso logrado en Las Palmas con un empate que supo a gloria. 
El Cádiz volvía al escaparate del fútbol y tras una temporada en Segunda en la que estuvo rozando los puestos de ascenso, lo logró con toda brillantez en la campaña 2004-05. Volvía a Primera siendo campeón de Segunda con Espárrago en el banquillo y con un triunfo final en Chapín que nunca se olvidará entre sus aficionados.
La gloria sólo duró un año porque volvió a Segunda, donde pasó dos campañas seguidas. En la primera (2006-07) acabó en la quinta posición y en la siguiente volvió a Segunda B. Fue la lamentable campaña que acabó con el penalti de Abraham Paz en Alicante. Después llegaría el ascenso con Gracia en una campaña para enmarcar, refrendado con un 0-0 en Irún.
Ahora el Cádiz tiene la ocasión de estabilizarse en el segundo escalón del fútbol, el sitio de donde nunca debe salir. El sueño es asomar la cabeza en Primera, pero la tarea ineludible es no bajar nunca más al pozo de Segunda B, que ya debe quedar en el pasado de un club nacido para estar a otro nivel.