El Cádiz logró empatar en su estreno en la nueva temporada en un partido que tuvo de todo: un golazo de Ortuño, lesión de Migue y gol anulado muy dudoso de Álvaro García. En cualquier caso, el equipo dejó buenas sensaciones a pesar de haber acudido con pocos de sus nuevos fichajes y con algunas bajas.
En los primeros compases se veía un Cádiz con poca capacidad para hacer un juego combinativo, pero con las ideas claras para no complicarse la vida. Enfrente estaba un equipo que intentaba llevar la iniciativa, pero sin mucha claridad. En los primeros compases era un partido de escasa calidad, con mucho balón dividido y sin ningún detalle de calidad.
El equipo de Álvaro Cervera intentaba lo que tan bien le salió en el pasado play off: solidez defensiva y la consigna de buscar a los rápidos extremos para hacer daño a la contra. En el Almería era Fidel quien creaba más peligro por la banda izquierda, pero en el primer cuarto de hora no hubo ninguna oportunidad clara en las dos porterías.
A base de saques de esquina el equipo de Soriano metía en su área al Cádiz, que ofrecía una imagen de equipo correoso y poco más. No cabe duda de que era un equipo de circunstancias, con la base de Segunda B, que debe mejorar mucho cuando se vayan incorporando los refuerzos llegados en la presente pretemporada.
El Almería se apoyaba en el físico de Zongo y de Dubarbier para llegar al área cadista, pero en la mayoría de las ocasiones la experimentada defensa amarilla no pasaba apuros. Por momentos seguía pareciendo un partido amistoso de verano por el escaso ritmo de unos y otros.
El primer disparo a puerta se produjo en el minuto 25 y llevó la firma de Álvaro García, que hizo una buena jugada desde la banda derecha para terminar disparando desde fuera del área, pero el balón llegó flojo a las manos de Casto. En esa jugada se lesionaría Dubarbier y tendría que ser cambiado.
Cuando se cumplía la media hora daba la sensación de que el partido estaba controlado para el conjunto amarillo. Sólo sufría cuando Zongo le ganaba en el uno contra uno a Luis Ruiz, pero Alberto Cifuentes era hasta ese momento un espectador más del juego. Salvi, una de las opciones ofensivas del Cádiz, no se dejó notar hasta ese momento. Estaba jugando por la izquierda a pierna cambiada, pero falló un remate peligroso por el centro a centro de Álvaro García después de una buena combinación con Ortuño en el minuto 35.
A falta de 10 minutos para el final fue el conjunto gaditano el que dio un paso adelante. Tenía el balón tras robarlo en la medular e inquietaba por el buen trabajo de sus hombres de arriba. Abel Gómez no generaba mucho fútbol en la mediapunta, pero sí creaba cierto peligro a balón parado. Como cabía esperar, el Cádiz estaba muy bien puesto sobre el campo y salía ganador casi siempre en las segundas jugadas.
De los fichajes, en el primer tiempo las mejores sensaciones las causó Ortuño, con mucho oficio para jugar de espaldas y para conectar con sus escuderos de las bandas. En el 39 tuvo la ocasión más clara, con un excelente cabezazo a un buen centro de Álvaro García. Todo apunta a que esta pareja dará muchas alegrías al cadismo en esta temporada. El primer tiempo concluyó con la imagen reforzada del equipo de Cervera, que en una categoría superior seguía siendo muy competitivo.
En la segunda parte el Almería quiso pegar primero. Salió con ganas de pisar el área cadista y Migue tuvo que emplearse a fondo para impedir un cabezazo de Zongo. El veterano defensa demostró que siempre rinde, a pesar de que se le sitúa en el último escalón de los centrales cadistas. Al Cádiz se le seguía viendo muy concentrado, sabiendo cuándo presionar a su rival en su propio campo.
Eran momentos de cierto agobio porque el Almería empujaba y, aunque no creaba oportunidades claras, sí ponía el balón en el área de Cifuentes como no lo había hecho hasta el momento. En los locales Ximo Navarro tomaba el testigo de Zongo y se convertía en el más activo. Sin embargo, fue el Cádiz el que dio primero. En un ataque amarillo el balón cayó a pies de Salvi, cuyo remate se encontró con el poste, pero el posterior rechace lo aprovechó Ortuño para marcar con un lanzamiento muy complicado y escorado.
Había que tener tablas para frenar el previsible acoso almeriense, pero las cosas se complicarían con la lesión de Migue, ya que no había un central en el banquillo. Cervera tenía que hacer el apaño de colocar a Garrido en esa posición y dar entrada a Quintana en la medular. Esta circunstancia se terminó notando porque en un córner mal defendido llegaría en el minuto 60 el gol del empate. Un balón que no fue bien despejado quedó muerto en el área pequeña y Azeez marcó por bajo.
El partido podía caer de cualquier lado, pero la inercia natural del juego llevaba el balón con mayor frecuencia al área visitante. Al Cádiz le había hecho daño la doble circunstancia del gol y de la lesión de Migue, que estaba muy seguro. Carpio se situó junto a Aridane con el paso de los minutos y Quintana hacía de improvisado lateral. Álvaro Cervera no se conformaba, de todos modos, y daba entrada a Juampe por Abel cuando quedaban unos diez minutos.
Álvaro García marcó un tanto que fue anulado en el minuto 81 por un supuesto fuera de juego tras un lanzamiento de falta de Ortuño. El partido estaba en el alambre y nadie se conformaba con el empate. Chuli obligó a Cifuentes a emplearse a fondo con un disparo desde fuera del área. Acto seguido fue Garrido quien sacó la pelota a Quique en la línea de gol en otro barullo en el área cadista.
Cada ataque del Almería era un mal rato y el partido se iba hasta el minuto 94. Fueron momentos de sufrimiento para el equipo cadista, pero hasta el último momento intentó buscar la contra, sin el menor interés en especular. Al final, un punto que deja un buen sabor de boca en el retorno a la categoría de plata.