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Las claves para entender el inesperado desplome del Cádiz

Francisco José Jiménez

Es difícil de entender cómo el Cádiz ha pasado de ser un equipo fiable y seguro, aunque con limitaciones, a ser uno que no es capaz de competir. Lleva dos derrotas consecutivas, ante Oviedo y Rayo Vallecano, pero eso no es lo peor. Lo realmente preocupante es que, como dijo ayer Álvaro Cervera, ha perdido la identidad y debe recuperarla con urgencia.

El equipo amarillo ha perdido el norte y a la vuelta de la esquina está la visita de un equipo, el Girona, que lleva varios años coqueteando con el ascenso a Primera y que, a diferencia de otros que han pasado por el Carranza, no tendrá reparos en darle el balón al Cádiz. Ya son muchos los equipos que han aprendido cómo hacerle daño al cuadro cadista, pero hay más claves para entender su desplome:
Ya no hay efecto sorpresa
El Cádiz consiguió sorprender en el arranque de la categoría por ser un equipo bien armado y que sacaba el máximo provecho de sus virtudes, aunque su mayor virtud era ocultar los defectos, esos que ahora aparecen a cada instante. Sus extremos eran dos jugadores casi desconocidos para muchos y ahora los rivales ya saben que tapar sus incursiones es un modo eficaz de frenarle. Lo de jugar por dentro es un gran problema y así todo se complica.
Falta de plan B
Ha sido el propio entrenador cadista quien ha mostrado a los cuatro vientos con sus declaraciones que cuando al Cádiz se le frena en su idea inicial de robar y salir a la contra, las opciones se limitan. Pero lo peor no es únicamente que no sea capaz de construir juego cuando el rival se pone por delante en el marcador, sino que se desordena de un modo excesivo y las ocasiones llegan en cascada, como sucedió en Vallecas. O Cervera logra equilibrar al equipo cuando se ve obligado a atacar o lo puede pasar muy mal.
Rendimiento individual
Hay jugadores que han ido de más a menos de un modo sorprendente. El Rayo no necesitó hacer un partido extraordinario para crearle muchos problemas desde el inicio a una defensa en la que Carpio estuvo especialmente desacertado. Pero no sería justo centrarse en uno o dos jugadores, ya que se puede extender la crítica a todo el equipo. Ni siquiera Ortuño está tan fino como en el inicio liguero, aunque en el bajón de su rendimiento tiene mucho que ver el mal juego del equipo.
La falta de un mediapunta
El equipo necesita como el comer que aparezca un jugador que sea capaz de enlazar el centro del campo con la delantera. A los rivales les basta con tapar a Ortuño y hacer muchas ayudas en las bandas para que el ataque cadista sea muy limitado. Los futbolistas del medio del campo no están especialmente dotados para la creación y es fundamental que salga un futbolista que ponga algo de criterio en la zona de arriba. El debut de José Mari es esperanzador porque es un jugador que en el mediocentro puede crear más, pero sigue siendo básico que alguien irrumpa por detrás de Ortuño y que tenga continuidad.
Creer en el estilo
Un apartado fundamental para que el Cádiz vuelva a ser competitivo es que los jugadores tengan claro el camino que ha tomado el entrenador. Cervera está convencido de que la mejor manera que tiene este equipo para jugar en la Liga 1l2l3 es dándole el balón al rival y saliendo a la contra y los jugadores deben estar de su parte. Si se pierde la fe en la apuesta, los resultados seguirán siendo negativos.

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