El factor suerte no es tenido en cuenta por los profesionales como algo clave, pero es un elemento que aparece puntualmente y que es un gran complemento al trabajo. El Cádiz no fue mejor que el Elche, sufrió mucho incluso con un jugador más y parecía que el empate podría ser bueno, pero apareció Güiza y lo dio tres puntos a un equipo que vuela.
La primera llegada peligrosa fue del Cádiz. Un excelente pase en profundidad de Rubén Cruz para Álvaro García acabó con éste en el suelo por el agarrón de Rober Correa, que bien podría haber sido expulsado porque el cadista se plantaba solo delante de la portería ilicitana. La falta la lanzó alta por poco Ortuño en el primer aviso del encuentro.
En los primeros compases del partido daba la sensación de que el parón navideño no había afectado lo más mínimo a los amarillos, que estaban muy bien plantados en el campo, concentrados y con la consigna clara de explotar la velocidad de sus puntas en el contragolpe. La posesión era de los locales, pero sin ninguna profundidad.
Al Cádiz, sin embargo, le faltaba con muy poco para hacer daño. Una combinación entre Brian y Álvaro García concluyó con un centro del utrerano y un remate de Ortuño en el primer palo, pero llegó forzado y le salió muy flojo. En el Martínez Valero ya tenían claro a los diez minutos de partido por qué el Cádiz estaba tan bien clasificado.
No era ninguna sorpresa que la pelota estuviera más tiempo en los pies de los jugadores del Elche. Dorca disparó desde fuera del área en el minuto 12 y Cifuentes despejó sin problemas. Pero no pudo hacer lo mismo en un lanzamiento de Pelayo, que adelantó a los suyos en un buen balón filtrado dentro del área por parte de Hervías. Ni Aridane ni Cifuentes impidieron el tanto, aunque el hueco lo había dejado Brian en una mala decisión de abandonar su puesto.
Había que reaccionar en un partido que parecía controlado. Álvaro García contestaba con un lanzamiento que se fue arriba tras una dejada con el pecho de Nico Hidalgo. El partido no había cambiado en exceso pese al gol. El Elche seguía llevando el control y del Cádiz había que esperar más recuperaciones para llegar con mayor frecuencia a la portería local.
A los 23 minutos se produjo un hecho que marcaría el partido. Rober Correa era expulsado por doble amarilla tras una dura entrada a Ortuño y el Cádiz tenía que aprovecharlo. En la circulación faltaba velocidad y el Elche no lo pasaba mal cuando los amarillos atacaban en estático. Álvaro García sí estaba creando peligro por la izquierda, pero Nico Hidalgo no estaba muy afortunado.
La fisonomía del encuentro cambió tras la expulsión. A base de acciones a balón parado, el Cádiz conseguía embotellar al Elche y llegaría el empate a los 29 minutos. Ortuño, quién si no, marcaba con un excelente cabezazo tras el saque de córner de Álvaro García. Con una hora de partido por delante, el Cádiz había igualado el encuentro y tenía superioridad numérica.
El Elche no le perdía la cara al partido y buscaba la portería de Cifuentes, algo que no le venía mal al Cádiz para poder pillarlo a la contra... y con un jugador menos. El balón volvía a ser de los ilicitanos, pero el choque estaba muy abierto porque Álvaro García era una pesadilla cada vez que atacaba por su banda. El primer tiempo acababa con un remato alto de Pelayo. Todo quedaba pendiente para la segunda mitad.
Tras la reanudación, el encuentro no tenía un dominador claro. Álvaro Cervera había dado entrada a Eddy por el amonestado Garrido y eso no se traducía en nada positivo a corto plazo. La circulación no era buena, pero cuando la pelota llegaba a la gente de arriba, la defensa local lo pasaba realmente mal. El Elche tampoco se metía atrás y Hervías hacía que Cifuentes tuviera que emplearse con un remate lejano en el minuto 52.
Parecía que el Cádiz tenía las ideas más claras y que tenía más recursos para llevarlas a cabo, pero el amor propio de los locales les permitía llegar al área amarilla y no había nada decidido. Hervías creaba peligro con su movilidad y Nino enlazaba bien con la segunda línea. El Cádiz no había salido con la intención de llevar el mando o, al menos, no lo estaba consiguiendo.
Cervera quería que algo cambiara y dio entrada a Güiza por Nico Hidalgo cuando faltaba media hora. El equipo no se encontraba a gusto y Nino estaba a punto de hacer el segundo, pero Cifuentes se lo impedía con una gran intervención. Eran los peores momentos del cuadro gaditano en el encuentro, incluso con un jugador más. El gol recibido había llegado en una jugada aislada, pero en el ecuador estaba siendo superado por su rival.
Cuando faltaban veinte minutos para el final, el empate parecía bueno porque era el Elche quien tenía las ocasiones y la intensidad. El Cádiz era en ese momento un equipo inseguro e impreciso. Los cambios no habían aportado nada y parecía más próximo el segundo tanto de los locales. Nino podía con media defensa amarilla y la esperanza era aprovechar alguna contra. Álvaro García la tuvo en el minuto 76, pero su pase atrás pilló a Güiza a contrapié.
El partido llegó roto al minuto 80 y el fútbol volvió a premiar al Cádiz, que estaba siendo peor. Un gran pase de Abdullah a Güiza lo convirtió en gol el jerezano en una acción de mucha calidad. El equipo cadista le asestaba un duro golpe a su rival, pero el partido no estaba acabado. Un centro desde la derecha lo remató Armando en un gran fallo defensivo.
Pero el fútbol parece tenerle algo maravilloso guardado a este Cádiz y, a renglón seguido, llegaba otro gol de Güiza tras un gran pase de Álvaro García. El jerezano demostró que sigue siendo un jugador válido y desequilibrante. Un partido loco que cayó del lado amarillo sin hacer más méritos que su oponente. Ya llegará el día en el que merezca mucho y consiga poco. O quizá no...
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