8 meses y 27 días. Ese es el tiempo que ha tardado Dani Güiza en volver a ver portería en un partido de Liga, en unas circunstancias que han cambiado mucho desde entonces. En el momento preciso, cuando parecía que el Cádiz no sería capaz de doblegar a un Elche en inferioridad numérica, cuando su futuro estaba en el aire después de haber desaparecido del equipo en el último mes, el jerezano volvió a dejar claro que la calidad nunca se pierde.
Un toque sutil, un derechazo que elevaba el balón por encima del portero para hacer el 1-2 en el Martínez Valero. En ese preciso momento, Güiza ponía fin a su mala racha: no marcaba un gol en el campeonato regular desde el 10 de abril de 2016. Fue ante el Sevilla Atlético, en Carranza, y el conjunto amarillo estaba aún en Segunda B y en una situación que ahora queda muy lejos, aún con Claudio Barragán en el banquillo.
Era la jornada 33 de la pasada campaña y el delantero marcaba su último gol del campeonato, aunque luego volvería a aparecer en el último encuentro del curso para sentenciar la eliminatoria en Alicante y dejar aún más de cara el regreso a Segunda ante el Hércules. Aquel gol en el playoff de ascenso y el tanto conseguido ante el Levante en la Copa del Rey eran, hasta el momento, los dos últimos goles del jerezano, que atravesaba su peor momento con la camiseta amarilla.
Güiza rompió su mala racha y volvió a ver portería, además, por partida doble. Otro derechazo, colocado a la base del palo, sirvió para dar la victoria definitiva al Cádiz en el 90' ante el Elche. Para encontrar su último doblete hay que echar la vista aún más atrás: marzo de 2016, en una victoria por 3-1 ante el Linares. El jerezano, que cumplirá en agosto 37 años, apareció de forma determinante y demostró que su olfato goleador sigue intacto.