El Cádiz se hace el harakiri en una noche para olvidar
El Cádiz encajó una justa derrota en Lorca en un partido espantoso, el peor con diferencia de la temporada y quizá desde que llegó Álvaro Cervera. No sólo jugó mal, sino que involuntariamente colaboró en el triunfo de su oponente con un gol en propia puerta y otro en el que puso en bandeja el tanto a su rival. Sin Barral, una vez más, no hubo gol.
El inicio no tuvo nada que ver con el de otras tardes. No fue el Cádiz quien empezó demostrando su poderío, sino que se mostraba débil ante las internadas del rival y cuando sólo se habían disputado cuatro minutos ya estaba por debajo en el marcador. Un centro de Ojeda por la izquierda lo introdujo Garrido en la propia portería de Cifuentes.
Las sensaciones no eran nada buenos desde el arranque. El gol había hecho daño y en los minutos siguientes el equipo no logró espabilar. Salvi jugaba en la mediapunta y el balón pasaba poco por él, lo que le quitaba opciones en el ataque. A Romera, Aitor y Nico les duraba poco y el Cádiz no metía miedo en sus esfuerzos ofensivos. Daba la impresión de que el equipo amarillo estaba sin la intensidad de otros días o, al menos, sin ningún acierto.
El partido estaba en el peor escenario porque los locales habían conseguido, casi sin querer, lo que tanto les estaba costando en las jornadas anteriores: hacer un gol. Ahora el Cádiz tenía que tomar la iniciativa y eso no se le da especialmente bien, y más contra un rival que no iba a tener reparos en darle el balón pero no los espacios.
Los jugadores del Lorca siempre llegaban antes y parecían más despiertos. Era llamativo porque en esos aspectos del juego son pocas las ocasiones en las que superan al Cádiz. Cada pase, cada control... todo costaba un mundo. Tras un disparo lejano de Aitor, lo más peligroso fue un disparo alto de Abdullah tras una buena dejada de Dani Romera.
Los locales estuvieron a punto de hacer el segundo en una mala cesión de Marcos Mauro a Cifuentes, que también salió mal. Estaba siendo, con diferencia, el peor partido del equipo en la temporada. Además, el Cádiz se estaba cargando de tarjetas por llegar tarde casi siempre y la cosa pudo ser peor porque, con una amarilla, Garrido se la jugó con un salto con el codo abierto. Una nefasta primera mitad.
Cervera hizo dos cambios para empezar la segunda. Nico Hidalgo y Romera se fueron para que entraran Rubén Cruz y Carrillo. Algo tenía que cambiar, pero en cuanto a juego en el inicio las cosas no cambiaban mucho. Eugeni Valderrama seguía siendo una pesadilla con sus apariciones en el centro del campo. Y la primera parada de mérito fue de Cifuentes a un gran disparo de Ojeda. Dos cambios y nada cambiaba.
El Cádiz tenía más presencia en el campo del Lorca y Rubén Cruz disparó con intención en el minuto 51, pero el disparo le salió muy centrado. Los papeles estaban cambiados a lo que suele ser habitual porque ahora el equipo rival era el que salia a la contra, mientras que los amarillos tenían muchos problemas para hacer ocasiones ante un contrincante muy bien puesto en el campo.
Pasaban los minutos y la reacción no llegaba. El equipo seguía muy impreciso y ni Cruz ni Carrillo le daban un vuelco a la situación. Tan sólo algún buen centro y alguna pared en el borde del área, pero siempre llegaba un mal remate o la anticipación de la defensa. Se echaba de menos una mayor incidencia en el juego de Abdullah para darle algo de sentido al juego.
Salvi tuvo una volea peligrosa en el minuto 72, pero el balón se marchó fuera. Parecía en el tramo final que el equipo era capaz de llegar con algo más de claridad y eso mantenía viva la esperanza del cadismo. Carrillo tuvo una buena ocasión en el minuto 76, pero se escoró mucho y su disparo con la zurda no tuvo peligro. Sí estuvo más cerca de lograrlo Ojeda en una contra del Lorca.
Cervera sacó a Alberto Perea al final a ver si el albaceteño traía suerte en su debut. Había que probarlo todo para ver si llegaba un empate que se resistía. Pero no pudo ser porque la puntilla llegó por un error inhabitual de Cifuentes, que falló en el despeje y Martínez marcó a puerta vacía. En una noche para olvidar no salió nada. Un gol en propia puerta y un error increíble acabaron con las aspiraciones cadistas en Lorca. Ya, para colmo, llegó un tercer tanto en una buena acción de Merentiel.
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