Jon Ander Garrido es el último en llegar a la enfermería cadista. El centrocampista vasco acabó lesionado del encuentro que disputó el Cádiz frente al Betis en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey y tiene una sobrecarga en el bíceps femoral que deja en interrogante su participación el sábado en el duelo que jugará el conjunto de Cervera en Carranza. Pero Garrido sólo es un futbolista más de los muchos que se han visto obligado a parar en algún tramo de la presente temporada debido a una lesión.
La preparación física de este Cádiz está en entredicho. Los percances que están sufriendo los jugadores desde que arrancara esta temporada están lastrando a un equipo que no levanta cabeza y que ya suma siete partidos en los que no consigue ganar.
José Mari fue el primer damnificado por este 'virus'. El roteño se lesionó en el duelo inaugural de la campaña ante el Córdoba en el Nuevo Arcángel cuando se resintió de unas molestias en el tobillo producidas en el Trofeo Carranza. Este fijo en la medular todavía no ha logrado estar al mismo ritmo que el resto de sus compañeros y Cervera lo está dosificando poco a poco.
El siguiente en parar fue el jugador más desequilibrante de toda la plantilla del Cádiz. Álvaro García se lesionó de la rodilla en una acción fortuita con el excadista Eddy Silvestre en el encuentro ante el Nástic y todavía no ha encontrado su nivel óptimo. De hecho, acudió, junto a José Mari y Sankaré, a pedir una segunda opinión a Murcia del alcance de sus lesiones.
Además, Marcos Mauro y Salvi se encuentran en pleno proceso de recuperación junto a Sankaré, lesionado desde el final de la pasada campaña y que todavía no ha tenido la ocasión de debutar en el presente curso.
Con estos ejemplos, el estado físico del plantel amarillo queda en tela de juicio y el propio entrenador del Cádiz, Álvaro Cervera, lo admite y no lo esconde. Tanto es así, que al finalizar el partido contra el Betis, y teniendo el nuevo contratiempo de Garrido, el técnico reconoció que "algo estaremos haciendo mal".