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Alcorcón
1-0
Cádiz CF

Justa derrota en un partido para olvidar

Garrido, en el partido de Alcorcón (Foto: LaLiga).
Francisco José Jiménez

La gran racha del Cádiz se truncó con todo merecimiento en Alcorcón. El equipo de Cervera estuvo siempre a merced de su oponente y cayó por un tanto en el que Villanueva y Cifuentes compartieron un error de difícil explicación. No hubo reacción y no hay ninguna excusa para un resultado que pudo ser más abultado.

El Cádiz empezó el partido tomando el mando. Con personalidad y paciencia quería imponerse en el ataque estático, pero el Alcorcón era muy vertical cuando recuperado el balón. La primera acción de peligro llegó en una jugada por la derecha de Álvaro Peña, que se mostró muy incisivo en todo momento.
Era un partido muy trabado en el que se peleaba con cada metro del campo. Al Cádiz le faltaba continuidad en el juego. No era capaz de hilvanar acciones y sólo inquietaba cuando le llegaba la pelota al temido Álvaro García en la izquierda. No estaba pasando nada, pero un grave error de Villanueva posibilitó al Alcorcón que se adelantara en el minuto 13. Dejó pasar el balón creyendo que Cifuentes estaba más cerca y dejó que Mateo García marcara a puerta vacía tras la desesperada salida del cancerbero.
El gol hizo mucho daño y el Alcorcón cogió confianza para tomar la iniciativa. Peña puso en muchos apuros a Cifuentes en el minuto 20 con un disparo desde fuera del área. El equipo local llegaba con peligro y forzaba faltas laterales, mientras que el Cádiz no era capaz de plantarse en el área de Casto.
La primera ocasión llegaría a balón parado. Abdullah firmó una volea peligrosa en el minuto 25, pero el balón se marchó fuera por poco. Daba la impresión de que el equipo cadista había desperdiciado media hora de partido porque sus primeras buenas intenciones se quedaron en nada. Poco a poco se iba asentando y al menos forzaba algún saque de esquina, pero muy lejos de su nivel habitual.
El Cádiz necesitaba un gol para meterse de lleno en un partido que se jugaba a lo que quería su oponente, algo que no suele pasar. Ha quedado demostrado que la posesión es algo secundario para el cuadro amarillo, pero en este partido no estaba ofreciendo su sello, aunque realmente su oponente se había adelantado por un error propio más que por haber impuesto sus méritos.
Los pelotazos arriba hacia Carrillo no daban resultado y sólo había chispa, como siempre, cuando la pelota llegaba a los extremos. El Alcorcón lo sabía y presionaba la salida del balón para que los centrales cadistas tuvieran la tentación de apostar por los balones en largo. Sin embargo, al rival le bastaba con aprovechar su mayor picardía para poner en muchos aprietos a Cifuentes, que evitó el segundo en el minuto 42 en un tiro de Pereira y, a renglón seguido, Álex Fernández sacó en la línea un remate de David Fernández.
El equipo cadista terminó el primer tiempo pidiendo la hora porque cada llegada del Alcorcón era peligro de gol. Se confirmó en el primer tiempo el aviso de Cervera de que el equipo iba a peor, a pesar de sus últimos triunfos.
Cervera quitó a Abdullah en el descanso y metió a Eugeni, en busca de tener más el balón y de aprovechar su buen disparo. El Cádiz tenía que cambiar mucho, pero en los primeros compases de la segunda mitad el panorama no cambió. Pereira seguía siendo una pesadilla y casi forzaba un penalti de Kecojevic y Cifuentes tenía que detener un lanzamiento de Dorca. El peligro siempre estaba en el área cadista.
Álvaro García se marchaba, supuestamente afectado por una semana con gripe, para que debutara Seth Airam. Sin José Mari, Perea, Romera, Álvaro García... ni Barral. Así tenía que afrontar la segunda mitad un Cádiz que al menos parecía más metido en el partido. La realidad es que pasaban los minutos y el equipo ni siquiera tiraba a puerta. La mejoría era mínima y, por supuesto, insuficiente.
Se dio una circunstancia importante a falta de un cuarto de hora. Fue expulsado Hugo Álvarez por una dura entrada sobre Seth Airam y el equipo cadista afrontaba el tramo final en superioridad numérica. Ya en ese momento el dominio era del cuadro de Cervera y creaba peligro a través de Aitor García, que había entrado por Salvi. Otro disparo suyo, ya en el tiempo de prolongación, estuvo cerca de suponer el empate.
Fue un espejismo en un partido para olvidar que devolvió el sabor de la derrota. Nada que reprochar a un equipo que está haciendo una temporada espectacular, pero que en esta mañana de domingo ofreció una imagen muy pobre. 
 

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