El todo y la nada

No siempre por acumular más delanteros, acabas anotando más goles. Esa suele ser la premisa de aquellos entrenadores que intentan explicar sus cambios en los partidos en los que el resultado era ajustado y su último delantero centro no entraba al verde. La misma que Álvaro Cervera, técnico del Cádiz, había mantenido hasta este viernes, día en el que usó a sus cuatro delanteros, llegando a unir a tres de ellos sobre el césped. El resultado, nulo. 

Con Salvi lesionado, el técnico, tal y como hizo en Vallecas ante el Rayo Vallecano, alineó a dos de sus delanteros en el once. Barral teórico punta y Carrillo partiendo desde la derecha. A pesar de ello, ya en la primera mitad ambos rotaron sus posiciones, pero nada parecía efectivo.
Carrillo, desgastado, se marchó del verde a falta de poco más de 15' y Cervera, entonces, dio entrada a Jona. La diferencia entre ambos es sustancial y el propio técnico se empeña en explicarlo en sala de prensa. "Intento usar a mis delanteros de la mejor forma posible. A veces el partido nos pide una circunstancia y Carrillo se adapta. Otras veces debemos abrir a bandas, parar el juego, y nos puede dar opciones Jona o Barral". 
Sin embargo, ni Jona, ni Carrillo, ni Barral -que tuvo la más clara- parecieron suficientes y en la recta final, el técnico, a la desesperada, quitó a su único pivote defensivo para dar entrada a su último delantero: Dani Romera. 
Entre la amplitud de campo y la velocidad de Aitor, o el gol de Dani Romera, el técnico buscó el camino rápido e introdujo a su cuarto delantero, haciendo coincidir a tres de ellos sobre el verde. El resultado, tal y como sucedió en todas las combinaciones anteriores, fue nuevamente nulo. 
La premisa del técnico, ante unas circunstancias desesperadas, se borró por el momento. Ninguno de sus delanteros anotó y ni el empeño de Carrillo, ni la pelea de Barral, ni la frescura de Jona, ni la chispa de Romera fueron suficientes ante el Almería. A veces, pensará Cervera, hace falta más calidad -o acierto- que cantidad. El todo y la nada.