Cala devuelve el pulso al Cádiz
A base de sufrimiento y de luchar contra sus propios fantasmas. El Cádiz se enfrentó este viernes al Racing y a sí mismo. Y terminó ganando gracias a un gol de Cala en la prolongación después de muchos minutos jugando contra 10 y mostrando ese nerviosismo que debe ir desapareciendo con este triunfo balsámico.
El Racing venía como colista pero tomaba el mando desde el inicio. Sus centrocampistas habían salido con la consigna de no fallar en los pases y obligaban al Cádiz a correr detrás del balón más de lo recomendable. El equipo amarillo empezó confuso, pero con el paso de los minutos se fue entonando.
El partido estaba empezando a carburar y el equipo amarillo se quedó sin Nano Mesa por una entrada brutal de Olaortua, que fue expulsado después de la revisión del VAR. Cervera daba entrada a Lozano, que había sido suplente por la gripe y casi lo primero que hizo fue mandar un balón al palo con un remate forzado.
Era el minuto 25 y todo había cambiado porque ahora, con un futbolista más, era un monólogo amarillo. El equipo entraba bien por las dos bandas y creaba peligro, pero el Racing reaccionaba y volvía a tener la pelota, siendo fiel a su estilo. Enzo Lombardo aparecía y dejaba muestras de su calidad.
El equipo sufría contra diez jugadores y había algunas fisuras en defensa que creaban bastante inquietud. Daba la impresión de que el conjunto amarillo se había ido del partido cuando venía de hacer unos buenos minutos. En el minuto 40 Cervera quitaba a Garrido, con una amarilla, y metía a Salvi. El entrenador estaba muy enfadado con lo que se veía en el campo.
Volvían las desconexiones de un equipo muy endeble mentalmente, que no era capaz de rendir con continuidad.
La segunda mitad comenzó con una buena ocasión del Choco Lozano en un centro de Perea, pero el hondureño cabeceó alto. El Cádiz había empezado asediando a su rival. Perea pudo adelantar a los amarillos en el minuto 56, pero su disparo se le marchó fuera por muy poco.
El partido se jugaba en el campo visitante, pero las pocas ocasiones en las que los montañeses llegaban al área cadista se veían los nervios. Cala evitó un disgusto en el minuto 62 después de un fallo de Fali.
Tras el susto, el partido volvió al escenario de un control claro de los amarillos, que se precipitaban con muchos centros laterales que terminaban en nada. Cala reclamó un penalti en el minuto 78 por un agarrón que no fue considerado por el colegiado.
El dominio, como en otras tardes recientes, no se traducía en ocasiones muy claras. Pombo aparecía y dejaba buenos detalles, pero faltaba la chispa necesaria para darle la alegría a un público que se temía otro traspié.
Cuando parecía que era otro ejercicio de impotencia, Juan Cala recogió un rechace al borde del área y marcó un golazo inapelable que dio tres puntos que devuelven el pulso a los cadistas.