Un pésimo árbitro y un buen rival frenan al Cádiz

El partido contra el Tenerife tendría que haber sido el del despegue casi definitivo del Cádiz CF, pero fue una tarde para olvidar. Era un partido contra un rival en un gran estado de forma y todo se empezó a truncar con la injusta expulsión de José Mari en el primer tiempo. Dos goles encajados en los minutos 45 y 47 mataron a los amarillos.

El Cádiz comenzó llevando el mando, por su voluntad de buscar pronto la portería del Tenerife y porque Rubén Baraja parecía saber que darle el balón a los amarillos es ponerlos en un problema. En un balón parado se pudo adelantar el equipo visitante, pero Cifuentes evitó el gol en la línea tras un remate de Álex Muñoz.

El conjunto canario se envalentonó y empezó a tomar la iniciativa. Además, en defensa estaba muy activo en la presión en la medular, donde mordía a los cadistas. Y en una acción en el centro del campo cambió el partido porque a los 24 minutos el árbitro Moreno Aragón expulsó a José Mari con roja directa en un balón dividido.

Los locales tenían que recomponerse y se le notaba muy tocado en los minutos siguientes al verse en inferioridad en una jugada bastante injusta. Ni que decir tiene que el balón era ya para el Tenerife, que lo movía con paciencia buscando alguna genialidad de Milla y los desmarques de los delanteros.

Otra vez a sufrir, con muchos minutos por delante y aguantando en su campo . Era un partido para ganar y sacarle nueve puntos al tercero y se había convertido en un ejercicio de supervivencia. Y como todo lo que puede empeorar, empeora, el Tenerife se adelantó antes del descanso por medio de Dani Gómez en un centro al segundo palo que se envenena por el toque de Espino.

El equipo se iba al vestuario con un jugador menos, perdiendo y con la lesión del Choco Lozano, que tenía que pedir el cambio.

Cervera metía a Álvaro Giménez y Nano Mesa por Lozano y Jurado. Había que intentar ir a por el partido, pero la ilusión duró poco porque marcó el Tenerife el segundo en el minuto 46 en una jugada aislada en la que Dani Goméz cabeceó cruzado un balón colgado. Demasiado castigo.

Había que apelar a la heroica para puntuar en el partido, con dos goles por debajo y en inferioridad numérica. Era una tarde aciaga donde todo se ponía en contra, pero había que buscar un gol rápido para meterse en el partido. Sergio González tuvo una buena ocasión con un remate de cabeza en un falta de Álex a los 54 minutos, pero el balón se fue alto.

Ya el partido era otro y se jugaba constantemente cerca del área visitante. A base de echarle narices, el Cádiz se iba al ataque, pero lógicamente dejaba mucho hueco atrás y el Tenerife perdonaba el tercero a los 62 minutos en un balón de Moore al área.

La reacción no terminaba de llegar porque no era capaz de crear ocasiones. Enfrente estaba un rival en racha y que había marcado en dos momentos muy dolorosos. La última apuesta de Cervera era sacar a Pombo y Perea por Álex y Bodiger.

Los minutos finales fueron casi de la basura porque el Tenerife, guiado por un gran Milla, sabía cómo dejar pasar el tiempo jugando con la ansiedad cadista.