Daba igual quedar primero o segundo porque lo importante era ascender, pero hay maneras y maneras. El Cádiz CF se despide de LaLiga SmartBank con tres derrotas consecutivas y con una lamentable segunda parte contra un Albacete que se jugaba la salvación.
En los primeros minutos fue el Cádiz el que empezó a mandar y a demostrar una ambición ofensiva que no se le veía a su oponente. A Lozano se le anuló un gol por fuera de juego y el equipo amarillo creaba peligro a balón parado, como Fali con un remate en el minuto 13.
Se notaba que la presión pesaba en las piernas de un rival que venía de hacerle cuatro goles al Zaragoza tres días antes. El fuerte viento hacía estragos en un partido sin mucho ritmo, pero en el que los locales llegaban al área albaceteña con una sorprendente facilidad, aunque sin acierto rematador.
Edu Ramos obligó a lucirse a Tomeu Nadal con un disparo lejano. Ya Bodiger lo había intentado en dos ocasiones, seguramente siguiendo las indicaciones llegadas desde el banquillo para aprovechar la fuerza del viento. El único equipo que se acercaba a la otra portería era el Cádiz.
Ya en la segunda parte las cosas cambiaron. Era el conjunto manchego el que llevaba la iniciativa en busca de un gol que les diera tranquilidad. Juan Flere, que se estrenaba en la titularidad, tenía que emplearse en varias acciones con más voluntad que otra cosa del Albacete.
Se echaba de menos la concentración habitual del Cádiz, con errores incomprensibles que propiciaban ataques peligrosos de su oponente. Cervera quiso despertar al equipo metiendo a Nano Mesa, Malbasic y Álvaro Giménez. Sergio González estuvo a punto de adelantar a los locales con un cabezazo que rechazó el cancerbero del Albacete.
El equipo de Lucas Alcaraz se adelantó por medio de Chema Rodríguez en el minuto 73, pero el tanto fue anulado por fuera de juego después de varios minutos de tensión en el banquillo albaceteño mientras que el VAR decidía.
El partido llegaba al tramo final con un Cádiz algo contemplativo ante un rival que se jugaba la vida. En alguna contra creaba peligro con la velocidad de Salvi, pero en esos momentos ya era el Albacete el que metía mucha presión. Una mano absurda de Bodiger terminó en gol en un penalti con polémica transformado por Maikel Mesa en el minuto 90. Fue un triste final para una gran temporada que no merecía esta imagen.