El Cádiz CF ha sacado tres puntos históricos en San Mamés. Ha sido capaz de vencer al Athletic en su campo y quedándose con nueve cuando quedaban unos 20 minutos para el final. Otro arbitraje deleznable que superó el conjunto de Cervera, que supo sufrir como nunca para ganar.
El partido comenzó con oportunidad para el Cádiz con una buena ocasión para Malbasic, pero su disparo se marchó alto. El equipo de Cervera dificultaba mucho la salida del balón, estaba logrando que su rival estuviera muy incómodo. En cualquier caso, los locales buscaban en largo a Williams y Raúl García y eso también molestaba al Cádiz.
El plan era el de siempre, pero el ritmo de juego del Athletic era mucho más alto que el del Huesca y eso provocaba un gran derroche físico de los amarillos a la hora de defender. Cada vez que era capaz de robar había la consigna de darle el balón a Álex Fernández para comandar las contras.
En los locales era Raúl García el más peligroso, con ese estilo guerrillero tan habitual que contagiaba a sus compañeros. En la primera media hora el Cádiz no había pasado serios apuros, pero cuando llegaba al área bilbaína le faltaba precisión para crear serio peligro.
Con el paso de los minutos el Cádiz iba perdiendo el contacto con el balón y eso no podía ser bueno, aunque los agobios no llegaban en el primer tiempo y cabía esperar que llegara alguna buena oportunidad tras la reanudación.
El Athletic seguía acumulando gente arriba con Villalibre entrando en el inicio de la segunda mitad. Se avecinaba una segunda parte de mucho balón colgado y que se complicó mucho con la innecesaria expulsión de Akapo por dos amarillas que se podría haber ahorrado el lateral.
Curiosamente, después de esa jugada el que estuvo más cerca del gol fue el equipo gaditano. Lozano enganchó una gran volea desde fuera del área y obligó a Unai Simón a realizar una gran intervención. El equipo estaba dando la cara incluso con uno menos y se puso por delante con una excelente jugada de Lozano en la que Unai López se marcó en su propia portería.
Era el minuto 56 y había que sufrir mucho. Williams estuvo a punto de empatar en la siguiente acción con un cabezazo que se encontró con el palo. Además, Conan tuvo que emplearse con un disparo de Íñigo Martínez, que lo vio algo adelantado. El argentino se lució también en otro disparo desde fuera del área.
Cervera quería aprovechar la inercia del gol a favor refrescando al equipo metiendo a Salvi, Alejo y Negredo. En el Athletic se iban Williams y Muniain, pero le daba más intensidad a su juego con los cambios y quedaban 20 minutos de mucho sufrimiento por el acoso de los locales. Íñigo Vicente y Sancet le daban otro aire a los vascos.
El partido adquirió otra dimensión cuando el nefasto árbitro expulsó por doble amarilla a Nagredo, que llevaba pocos minutos en el campo. Otra injusticia para un equipo al que no están respetando en su regreso a la máxima categoría.
Era un puro ejercicio de supervivencia en un tramo final donde los amarillos se multiplicaban para llegar a todas las partes del campo. Incluso se permitía algún contragolpe como uno en el que Alejo conectó con Salvi, que casi sorprende para hacer el segundo.
Nada menos que siete minutos dio de prolongación el árbitro y el Cádiz se afanaba en salir airoso de un tsunami del que supuestamente tenía que poner justicia.