El centrocampista del Cádiz CF Jon Ander Garrido volvió recientemente a los terrenos de juego tras una lesión que le ha apartado ocho meses de los terrenos de juego. Un largo calvario que, como ha recordado en una entrevista con Radio Marca Cádiz, le llevó a plantearse la retirada: "No era una lesión al uso, en la que te ponen un plazo de tiempo. No dábamos con la tecla, porque todo lo que se podía hacer era tratamientos y ver cómo avanzaba la cosa. Algún doctor me llegó a decir que la cosa tenía mala pinta", recuerda. El bilbaíno pulsó la opinión de diferentes doctores para saber si le podían dar una solución a su problema
Un problema al que puso fin con una operación este mismo verano para superar sus problemas en el menisco. De hecho, celebró el ascenso a LaLiga Santander en la habitación del hospital, junto a su novia. "Tuve que ver las imágenes de los compañeros al día siguiente, me daba mucha envidia", recuerda.
Un jugador con un carácter tan competitivo como Garrido no llevó bien lo de estar sin jugar tanto tiempo. Y más aún con lo que se estaba jugando el Cádiz: "Ha sido muy difícil no poder echar una mano. Y encima con el miedo de poder dejar el fútbol".
Aunque no ha sido muy importante, porque tan solo ha disputado cinco partidos. Uno de ellos, su debut en San Mamés, ya que es socio del Athletic Club. "Me da pena que no estuviese mi familia y mis amigos viéndome", recuerda.
Pero Jon Ander Garrido valora muy positivamente el arranque de temporada del Cádiz: "Casi todos se han llevado una sorpresa. Las cosas nos están saliendo muy bien, y encima jugando como nos gusta". Pero es consciente de que algo así "será difícil repetirlo".