La racha del Cádiz es preocupante. Pero todavía preocupa más la imagen de un equipo que ha perdido el equilibrio de otros momentos de la temporada. Cuando ataca sufre mucho en defensa y cuando se preocupa únicamente en defender, como contra el Betis, lo hace demasiado atrás.
Un partido más, en los primeros minutos el balón era casi en exclusiva para el rival. La posesión era para el Betis, aunque en las zonas del campo donde a Cervera no le inquieta lo más mínimo. Lo malo es que al Cádiz no le duraba nada la pelota y era una sensación de agobio, aunque Conan no tuviera que intervenir.
Sin embargo, fue el primer equipo que llegó con claridad ante el gol. Una gran jugada de Perea la remató Salvi en el segundo palo, pero el balón se estrelló en el larguero. El escenario era el mismo, con el Betis intentando entrar por la izquierda a través de Joaquín y con los amarillos muy atentos para impedir cualquier internada de los locales.
El equipo gaditano se las ingeniaba para que pasaran muy pocas cosas. Con el paso de los minutos, el Betis se empezaba a desesperar porque veía que su dominio no le conducía a nada efectivo. El Cádiz enseñaba los dientes en cualquier momento, aunque con el defecto de apostar demasiado por el juego directo, lo que lleva a pérdidas casi constantes.
Por suerte para los amarillos, el partido no cambió en exceso en el inicio de la segunda parte. La circulación del Betis seguía siendo lenta y el equipo cadista seguía muy bien puesto en el campo y con la concentración y la intensidad necesarias.
Pero después del primer cuarto de hora el Betis metió una marcha atrás y empezó a llegar más al área de Conan. El Cádiz no recuperaba balones y no tenía casi ningún respiro en ataque. La cosa no pintaba bien y una combinación entre Lainez y Guido acabó en gol con un buen disparo cruzado.
Quedaban unos 20 minutos y tenía que hacer algo más que guardar la posición. El partido era de un nivel paupérrimo y el Betis, un rival muy tocado y con muchas dudas, se había puesto por delante simplemente a base de empeño.
Una combinación entre Negredo y Lozano posibilitó el primer disparo de los amarillos en el segundo tiempo, pero el lanzamiento del hondureño se encontró con el portero bético. Los amarillos se animaron y rozaron el empate con un disparo cruzado de Negredo en la siguiente jugada.
Ahora sí, el equipo se volcaba en ataque a la desesperada. Pero no obtuvo premio alguno y alarga una racha de resultados negativos que va acorde con su juego. Ni tiene suerte ni tiene los recursos de otros momentos de la temporada. Es para preocuparse.