Juan Cala se ha hecho imprescindible desde su llegada al Cádiz CF. Su oficio, experiencia, veteranía y liderazgo son un valor seguro para un equipo que reestrenaba categoría en LaLiga Santander muchos años después. Aunque la manera en la que se ha asentado en el equipo no se la esperaba ni el propio futbolista a su llegada. Así lo cuenta el propio defensa en una anécdota que no tiene desperdicio tras su fichaje por el cuadro amarillo.
"Yo siempre cuento lo mismo", comienza. "Cuando ficho aquí, el míster me dejó un poco desconcertado porque cuando me lo presentaron dijo “otro central”, y me quedé pensando que no me quería. Estaba en Barbate, mi padre me preguntó y le dije que yo creía que iba a jugar menos que el suplente de Benji, del portero de Oliver y Benji", cuenta, con mucha gracia.
Una sensación que, como él mismo cuenta, se agudizó poco después. "Al día siguiente no me dio ni los buenos días. No había tenido buenas experiencias con otros jugadores mayores que habían venido y estaba en cuarentena. Luego me quitó la cuarentena y ya tuve una relación especial con él, igual que tiene con otros jugadores. Cuando le quitas la careta de serio, introvertido, es una persona entrañable", admite con mucho cariño.
Y es que esa sensación es bastante compartida por los jugadores. "He visto el cambio y lo está sacando un poco más porque necesitamos ese toque de humor que tiene. Esa forma de decir las cosas. Tiene sus peculiaridades que al vestuario le viene bien. Da libertad al jugador dentro del orden y por eso se vive así de bien en este vestuario. Hay una comunión muy buena entre jugadores y técnico.