Francisco Jesús Crespo, más conocido como Pejiño, está ante la temporada de su eclosión como futbolista. El gaditano, que llegó a disputar tres partidos de Europa League con el Sevilla FC, se marchó en verano rumbo a Las Palmas, en busca de regularidad y confianza para explotar su valía. Algo que ha conseguido de la mano de Pepe Mel.
Exceptuando el tramo final de 2020, inédito por una rotura muscular y problemas en el tobillo, Pejiño es un fijo e insustituible en el esquema de Pepe Mel. Un valor nada fácil de conseguir, al tener competencia de otros colosos de la categoría como Araujo, Jesé, Aridani y Robert. Esa rivalidad por el puesto no ha sido un impedimento para el de Barbate, que a la vuelta de su lesión agarró el puesto de inmediato.
Allí se ha destapado por la banda derecha, pese a no ser su zona de incidencia habitual. Su adaptación ha sido más que positiva. En los dos últimos meses ha potenciado su faceta ofensiva, marcando tres goles (lleva cuatro y dos asistencias en total) y demostrando que está listo para competir y luchar por tratar de llevar a Las Palmas a LaLiga Santander.
Mientras, clubes andaluces de Primera como el Granada y otros del
norte de España, ya se han fijado en el canterano cadista. Es un jugador
con claro ADN de extremo andaluz que tan buenos resultados están dando
en Primera (sin ir más lejos el barbateño Bryan Gil en Eibar). Será con Las Palmas o dando un salto a la península pero lo que es seguro es que Pejiño es un talento digno de la máxima categoría.