Con Varazdat Haroyan y Tomás Alarcón confirmados como fichajes y con Joaquín Piquerez a la vuelta de la esquina el Cádiz CF tiene adelantado parte del trabajo de reforzar el equipo. Inicialmente faltarían por llegar dos o tres fichajes, pero ya es un mercado que se tomará con más calma y que dependerá de muchas circunstancias.
Para empezar, las bajas van a condicionar el margen de maniobra que pueda haber tanto en el plano económico como en el de las fichas que queden disponibles. En el pasado mercado invernal quedó una sin usar después de que se marcharan cedidos Nano Mesa y Álvaro Giménez. Ahora regresarán ellos dos y también otros siete. Ninguno de ellos cuenta para Álvaro Cervera.
Ya se ha conseguido reforzar dos puestos donde era necesario dar un salto de nivel. Ya en enero se buscaba un central, pero no llegó. Y el paso por LaLiga le ha hecho ver a Cervera que era necesario tener más músculo y calidad en el centro del campo.
La llegada de Piquerez servirá para que el lateral izquierdo no sólo cuenta con Espino. Aunque la continuidad del Pacha no está del todo asegurada, en cuanto que se cierre del todo el fichaje de su compatriota se podrá decir que su posición está bien cubierta.
Pueden llegar todavía uno o dos delanteros, puede que un extremo zurdo y quizá algo más, en función de las salidas. Para el entrenador cadista es muy importante el fichaje de Rubén Sobrino y hay opciones de que se produzca. Además, podría llegar otro delantero más del perfil de Negredo y Lozano toda vez que Saponjic regresa al Atlético.
En la izquierda se espera sin prisas lo que pueda suceder con Merquelanz. Por más que algunos medios estén dando por hecha su continuidad y su negativa a ser cedido, el verano es largo y la paciencia es una gran aliada para conseguir refuerzos en el tramo final del mercado, cuando llega la realidad para cada futbolista.