Rubén Sobrino ha regresado al Cádiz y lo hace con la sensación de volver a su casa. Ha sido presentado como jugador amarillo, en este caso llega en propiedad por tres campañas y no ha ocultado su satisfacción.
"Desde el primer día que fiché por el Valencia lo he dado todo y me voy con la conciencia muy tranquila porque siempre he hecho lo que ha estado en mi mano. Ahora estoy muy feliz en Cádiz, en un sitio donde me sentí muy querido y donde pude ayudar a la salvación", dijo.
"Este mercado se sabía que si se hacía algo con algún jugador sería al final. Ha sido de los más complicados de los últimos años y como buen profesional que soy, me dedicaba a trabajar. Sabía del interés del Cádiz por mis agentes, pero yo me centraba en hacerme un sitio en el Valencia. Hasta dos días antes del final no supimos que la operación se podía hacer", desveló.
Sobre el apoyo constante de Cervera afirma que "siempre las palabras de un entrenador como Álvaro Cervera son un orgullo. No podía irme a otro sitio y me siento identificado con el presidente, con el equipo y con la afición. El míster desde el primer día me dio su confianza y yo se la devolví en el campo y en los entrenamientos".
Puede jugar en muchas posiciones, pero tiene claro dónde está mejor: "Toda mi vida he jugado como segunda punta con mucha movilidad y haciendo mucho trabajo. Me siento también cómodo por la izquierda o por la derecha".