Fin a la maldición y regreso de la esperanza

Por fin. Han tenido que pasar muchos meses hasta volver a disfrutar del sabor del triunfo como local. El Cádiz CF se ha impuesto al Rayo Vallecano en un mediodía fantástico. Quizá no jugó mejor que otros días, pero no tuvo el infortunio de otras ocasiones. Ahora vuelve a respirar.

Era un Cádiz diferente. Para empezar, vestía de morado. Además, usaba un sistema diferente y apostaba de nuevo por la aportación en las bandas de Alejo e Idrissi. A los cinco minutos Alejo ya puso un buen centro que fue rematado por Lozano a las manos de Luca Zidane. idrissi tuvo la primera ocasión acto seguido, pero su disparo se fue alto.

El Cádiz recuperaba el balón en zonas de peligro y llegaba al área con cierta facilidad. Había intensidad y era un equipo más simétrico que otros días por tener activas las dos bandas.

El partido se jugaba en el campo del Rayo con una posesión abrumadora, pero faltaban las ocasiones claras, como de costumbre. Y con el paso de los minutos el equipo de Iraola se fue imponiendo y empezaba a llegar a la portería de Ledesma, sobre todo a balón parado. Pero también se estaba plantando en el área cadista en juego y Sergi Guardiola perdonó el 0-1 a los 35 minutos en un remate claro a centro de Álvaro García.

La banda izquierda de los vallecanos se había hecho dueña del partido y el Cádiz perseguía sombras. En los últimos minutos del primer tiempo daba la sensación de que lo mejor era que llegara el descanso lo antes posible. Negredo tuvo una ocasión en esos momentos, pero Zidane cubrió bien su portería. También Lozano cabeceó una falta lateral, pero sin peligro.

La segunda mitad comenzó por los mismos derroteros, pero todo cambió en el minuto 54, cuando Alcaraz cabeceó a la red un córner de Idrissi. El equipo se había reactivado y Negredo rozó el segundo con un gran disparo en el minuto 58.

Algo había cambiado y se confirmó a renglón seguido, cuando Idrissi aprovechó un fallo de Zidane en una salida para hacer el segundo. Quedaba media hora y había miedo a que fuera un sueño, pero todo se ponía de cara. No podía haber confianzas.

Llegó un susto a renglón seguido, pero entre Akapo y Ledesma evitaron un gol que habría hecho mucho daño. Llegaron cambios en el Rayo para meterse en el partido y Sergio metió a José Mari por Lozano para darle más consistencia al equipo teniendo dos goles de ventaja.

El Rayo tuvo algunas llegadas con peligro, pero era el día del Cádiz. Hubo incluso un disparo al larguero en el tramo final. La victoria, sin embargo, se quedó en casa. Que ya era hora.