Una permanencia siempre es sinónimo de alegría y de emociones. También de recuerdos, sobre todo de los que ya no están. Y si además la salvación llega de la manera en que lo hizo para el Cádiz CF en Mendizorroza, los sentimientos se multiplican de manera exponencial.
Por ello, es inevitable que este logro del Cádiz vaya directo al cielo amarillo, allí donde andan ilustres cadistas, aficionados que llevaban el escudo tatuado en su corazón y que a buen seguro así sigue siendo allí arriba.
Esta salvación lleva el nombre de grandes figuras como Ramón Blanco, Juan Carlos Aragón, Manolo Santander, Michael Robinson y todos aquellos y aquellas que llevaban a su Cádiz en lo más profundo.
Siempre llevaron su amor por el club a gala y así sigue siendo. Por ello, esta salvación también es para los que ya no están, pero siguen estando muy presentes. Una permanencia que va directa al cielo cadista.