La LXVIII edición del Trofeo Carranza no lucirá en las vitrinas del Nuevo Mirandilla. El Atlético de Madrid superó con holgura al Cádiz CF en un partido donde la superioridad del rival quedó plasmada desde el inicio. Los de Sergio aún tienen mucho rodaje por delante a falta de pocos días para el inicio de la competición doméstica.
Las debilidades del Cádiz a estas alturas de la pretemporada quedaron evidenciadas ante un Atlético eficaz y seguro de sí mismo, que demuestra estar preparado para lo que se avecina dentro de dos fines de semana. Salvando las distancias entre uno y otro equipo, todo lo contrario que el equipo gaditano.
Muy poco tardaron los colchoneros en adelantarse por medio de Morata, que definió abajo ante David Gil. Griezmann anotaría más tarde el segundo en una acción polémica en la que se pidió mano previa de Saúl. El árbitro no apreció nada pese a las reiteradas protestas de los jugadores locales.
Mientras tanto, el Cádiz no lograba encadenar ninguna ocasión reseñable. Tras la vuelta de vestuarios, más de lo mismo. Wass anotó el tercero con un auténtico golazo y poco después Griezmann, de cabeza, marcaba el cuarto. Fue ahí cuando tímidamente se escucharon cánticos de protesta, señalando al palco y a la necesidad de fichajes en este segundo tramo del mercado.
El Cádiz, fruto del resultado, metió una marcha más y disfrutó de un par de buenas ocasiones, hasta que encontró el premio en las botas de Álvaro Giménez. Para lo que sí sirvió el partido fue para la puesta de gala de las nuevas caras del equipo ante su público. Lo que queda claro, tras esta nueva edición del Trofeo Carranza, es que a este Cádiz todavía le quedan piezas del puzzle para rodar en condiciones.