Ignacio Iglesias Villanueva, el árbitro que no se dio cuenta del clarísimo fuera de juego en el gol del empate del Elche CF, ha salido a la lúz pública. Lo hace para reconocer su error, para pedir perdón al Cádiz CF y para defender la honestidad del colectivo arbitral. Otra evidencia de que lo del club amarillo no es un pataleo.
La carta abierta dice así:
Tras lo ocurrido en el partido Cádiz-Elche de la jornada 17 de Liga de Primera División y la posterior avalancha de comentarios, críticas y elucubraciones vertidas sobre este tema, he sentido la necesidad, con el respaldo del CTA, de redactar este escrito para expresar mi sentir. Es sencillo y difícil a la vez pronunciar estas palabras, al igual que obvio y doloroso: me he equivocado.
No me apetece utilizar un discurso autómata y manido para decir cosas del tipo: todos nos equivocamos, los jugadores también fallan, los entrenadores… Prefiero escribir desde la sinceridad absoluta de lo que siento y sin caer en el victimismo ya que es algo que detesto.
Y lo que siento es enfado, cabreo, dolor y contrariedad conmigo mismo por el error cometido. Siento, asimismo, que un error sirva para empañar y criticar duramente el trabajo que desarrolla el CTA y todos mis compañeros árbitros donde la profesionalidad, la honestidad, la exigencia y la autocrítica es la única manera de entender nuestra profesión.
Siento que una mala decisión mía haya perjudicado al Cádiz CF y pido disculpas por ello a la entidad y su afición donde siempre me han tratado con mucho respeto.
Siento que se cuestione cada fin de semana, casi ya de manera diaria, la honestidad y la independencia de los árbitros y sus decisiones. Desde que me dedico a esta profesión jamás he recibido la más mínima insinuación o injerencia de ningún tipo en este sentido. Poner en duda esto último genera un clima de desconfianza y de crispación imposible para el desarrollo de nuestro trabajo que creo que no se merece nadie en el fútbol español.
Y siento y no entiendo que se haya utilizado esta jugada para hablar y criticar otras cuestiones relacionadas con la RFEF que nada tienen que ver con el error cometido y que a mí sinceramente se me escapan. Me dedico al arbitraje y mi único interés es mejorar y tratar de hacer bien mi trabajo como cualquier trabajador de cualquier empresa.
Soy deportista y acepto cuando fallo y en este caso el error ha sido mío, de nadie más. El CTA nos facilita los medios necesarios para que desarrollemos nuestro trabajo de la mejor manera posible y nosotros tenemos que tomar decisiones. Me equivoqué, no hay más lectura que esa.
Por último, no soy partidario de que los árbitros hablemos de jugadas o expliquemos nuestros errores, pero seguramente por la excepcionalidad de la situación, los aficionados y el fútbol esta vez lo merecían. Quien más ha perdido en esta historia soy yo, pero, reitero, nadie puede poner en tela de juicio la honestidad de los árbitros españoles ni la mía después de tantos años de implicación y profesionalidad.
Me parece muy loable este escrito por parte del árbitro del partido. Lo único que ocurre es que por lo general los errores siempre o casi siempre afecten a los mismos. Cuando se habla de los árbitros por lo general nadie duda de que este tipo de situaciones se puedan dar contra los equipos llamados grandes. Por contra generalmente si existe un error será a favor de estos y pocas veces por no decir ninguna en contra.
Se imagina que el único acertante de 14 tuviera el 15 a 1-0 es lamentable que siete personas entre el campo y el VAR y con la tecnología suficiente cobren y no vean esto.