No jugar a nada tiene su castigo

El Cádiz CF perdió en Sevilla en un partido donde no mostró la menor ambición para sacar algo positivo. Se fue salvando milagrosamente de la derrota hasta el tramo final, pero ahí llegó un penalti de Alejo y sólo en ese momento se fue al ataque. Mala imagen y pocos recursos de un equipo irreconocible.

El principio del partido fue de mucho sufrimiento. El Sevilla estaba más intenso y más preciso, mientras que al Cádiz le duraba muy poco el balón y el acoso era casi constante. Los locales presionaban arriba y costaba mucho salir jugando con cierto criterio.

El árbitro Hernández Hernández también ponía de su parte para que el juego se volcara hacia la portería de Conan Ledesma con un recital de señalizaciones siempre a favor de los sevillistas. Las sensaciones no eran buenas porque aunque el portero argentino no había intervenido en los primeros 20 minutos, pero no era capaz de tener el balón.

La primera vez que los amarillos dieron señales de vida fue en el minuto 21, cuando Lozano puso a prueba a Bono con un buen disparo desde la frontal. La pena es que Bongonda estaba solo a la derecha en esa jugada.

Con el paso de los minutos el partido se fue igualando. Ya el Sevilla no apretaba tanto y el Cádiz fue perdiendo el desconcierto, aunque seguía perdiendo balones absurdos. Uno de Alcaraz casi cuesta un gol de Lamela, pero Conan lo evitó a la media hora.

Alcaraz echaba de menos tener a un jugador defensivo a su lado y por eso sufría mucho y estaba tremendamente impreciso con el balón. San Emeterio era baja por sanción y Sergio no le dio la titularidad a Diarra, el jugador llamado a sustituir al cántabro.

El final de la primera parte fue muy accidentado. Primero Hernández Hernández le perdonó la roja a Lamela y después el VAR anuló un gol del argentino, que no debía estar sobre el campo, por un fuera de juego de Óliver Torres. El Cádiz salía vivo de una mala primera parte. Sobrevivió a sus errores propios y a los de Hernández Hernández.

La segunda parte empezó con un susto. Ocampo perdió un balón donde no debía y Conan Ledesma evitó el gol de Rakitic con una gran actuación. El escenario era parecido al del inicio del partido y eso era inquietante. Otra vez el equipo muy metido atrás y dejando centros fáciles a Navas.

Pasaban los minutos y nada cambiaba. El Cádiz era una máquina de perder balones y eso le daba vida a un rival que cada vez tenía más dudas. Cuando se llevaban jugados 20 minutos de la segunda parte el equipo de Sergio no había inquietado lo más mínimo a Bono.

Iza Carcelén salvó el gol en un disparo de Óliver Torres en el minuto 67 y, acto seguido, Conan le paró un gran lanzamiento a Rakitic. Parecía complicado que el Cádiz pudiera aguantar hasta el final sin encajar un gol cuando no tenía el balón y no amenazaba nada en ataque.

Y el gol llegó en un penalti por mano de Iván Alejo cuando ya parecía cercana la opción de puntuar. Lo transformó Rakitic y se castigó el pésimo partido de un Cádiz que nunca creyó en que podía sacar algo ante un rival que está en un pésimo momento.