El partido de Almería será recordado por el error de Momo con ese penalti que le costó dos puntos al Cádiz CF. Al senegalés se le vio muy afectado a la finalización del partido porque era plenamente consciente del precio que había tenido esa temeridad por cometer una falta innecesaria dentro del área. Pero después de eso está viviendo una semana en la que está recuperando las buenas sensaciones.
Después del partido y en los primeros días de entrenamientos ha comprobado que sigue contando con la confianza de Sergio González y de sus compañeros. Todos son conscientes de las buenas condiciones del africano, aunque le han hecho saber que debe medir la intensidad en una posición tan delicada como es la defensa.
Por todas las vicisitudes que ha pasado desde su juventud, el senegalés es una persona fuerte de espíritu. Las lesiones le han castigado en algunos momentos y también estuvo sin jugar un tiempo por una sanción de la FIFA que quedó en nada después de una denuncia del Murcia por una supuesta alineación indebida y otra posterior del Watford inglés.
A sus 24 años está viviendo el sueño de jugar en LaLiga Santander con el Cádiz y no va a rendirse por los problemas que ha tenido en las últimas ocasiones en las que le ha tocado jugar. No estuvo bien en Bilbao y tampoco en Almería y es consciente de ello. Sabe que el camino a seguir es el gran marcaje que le hizo a Muriqi en un partido pleno de concentración y sin asumir los riegos que se le ven en otras ocasiones.
Ahora tiene que volver a ganarse un puesto en el equipo. La plantilla cuenta con cinco centrales y tendrá que demostrar cada día que se puede confiar de nuevo en él. Ya se ha puesto manos a la obra.