Decepcionante al máximo el partido jugado por el Cádiz en Mallorca. Tuvo mucha posesión del balón, pero no le sirvió de nada. No fue capaz de traducir eso en ocasiones claras y su rival defendió fácilmente los previsibles intentos del conjunto gaditano. Ahora se asoma al abismo y aunque quedan cuatro jornadas, las sensaciones vuelven a ser malas.
El buen comienzo se truncó al filo del primer cuarto de hora. Un córner mal defendido propició el tanto de Maffeo después de que Ledesma le hiciera una gran parada a Muriqi. El Mallorca hacía daño con la movilidad de su gente de arriba y aprovechaba las pérdidas amarillas para salir a la contra.
No tenían las ideas claras los cadistas en el primer tiempo, con mucho balón en largo y muchos córners, pero con poco peligro real. El Mallorca le dejaba tener la posesión, pero sin sufrir. Había que meter una marcha más para conseguir algo en la segunda mitad.
Era un Cádiz plano y previsible, con muchos centros laterales que no llegaban a nada. Una falta lanzada por Iza estuvo cerca de entrar, pero la noche estaba aciaga.
Sergio movía el banquillo, pero la cosa no cambiaba sustancialmente. Muchas llegadas, saques de banda de Luis Hernández pero escasas ocasiones para empatar. Muriqi pudo sentenciar en el minuto 86 con un cabezazo cercana y había que esperar un gol en el tramo final.
Los cambios desordenaron al equipo, que metía mucha gente en el área. Eso invitaba a colgar balones que eran fácilmente defendidos por los locales. Estuvo más cerca el segundo y el Cádiz tendrá que esperar los fallos de los rivales directos para no caer en puesto de descenso.