Que Gonzalo Escalante no iba a poder jugar el partido del domingo tras ser expulsado ante el Alavés ya era sabido. Este miércoles se ha confirmado que ha sido sancionado con un partido y ha resultado un alivio porque con los comités nunca está del todo claro el criterio que pueden seguir a la hora de valorar una acción.
El árbitro Isidro Díaz de Mera lo expulsó en el minuto 88 por "impactar con los tacos en el cuello de un adversario, con uso excesivo de la fuerza, en la disputa del balón".
El Comité de Competición impone una sanción de un partido por "producirse de manera violenta con ocasión del juego, con multa accesoria al club en cuantía de 350 euros y de 600 al infractor", en virtud del artículo 130.1.
Por otro lado, Rapinha ha sido sancionado con dos partidos y se perderá el choque ante el Cádiz y uno más. Con referencia a la roja recibida por Raphinha tras el codazo sobre Gastón Álvarez se basa en dos artículos distintos: 121 y 130. El primero habla acerca de las expulsiones en los que el jugador no podría disputar el balón, con una suspensión de "al menos, dos partidos".
Una línea que se une el siguiente al "producirse de manera violenta" como consecuencias de algún lance del mismo, siempre que la acción origine riesgo pero no se produzcan consecuencias dañosas o lesivas", con una sanción de "uno a tres partidos o por tiempo de hasta un mes".
Xavi Hernández no se podrá sentar en el banquillo ante el Cádiz tras haber sido sancionado con dos partidos. En el caso del preparador de Terrassa, recibe ese castigo por lo recogido en el artículo 127: "Protestar al/a la árbitro/as principal, a los/as asistentes/as o al/la cuarto/a árbitro/a, siempre que no constituya falta más grave, se sancionará con suspensión de dos a tres partidos o por tiempo de hasta un mes".