El Cádiz está pasando por un pésimo momento y basta con ver la horrible segunda parte en Getafe, donde fue muy inferior en fútbol y en actitud a un rival que jugaba en inferioridad numérica. Ya no volverá a jugar hasta el día 26 de noviembre por el aplazamiento del partido contra en Mallorca y algunos aficionados se preguntan si es el momento de tomar alguna decisión.
En el Cádiz lo tienen claro: confianza total en Sergio González y en la plantilla. Que nadie espere un cambio en el banquillo porque es algo que ni siquiera se está valorando. Puede ser un debate entre aficionados en las redes sociales, pero no está sobre la mesa del club gaditano.
Ni que decir tiene que hay preocupación por la situación del equipo y por las señales que transmite, pero si hace poco decía Manuel Vizcaíno que había "un plantillón" no va a cambiar de opinión de la noche a la mañana. Existe el convencimiento de que se logrará reaccionar y que el equipo volverá a ser competitivo, como siempre lo ha sido desde la llegada de Sergio con contadas excepciones.
Ya ha demostrado Vizcaíno desde que llegó al Cádiz que es un presidente que le da confianza a los entrenadores. Hasta que tomó la decisión de prescindir de Álvaro Cervera se vivieron situaciones parecidas a la actual, estando incluso en puestos de descenso en Segunda División.
Así pues, estas tres semanas que faltan para el próximo partido no se van a usar para hacer cambios bruscos. Se utilizarán para dar tranquilidad a los profesionales que empezaron la temporada y que ahora tienen en su mano la posibilidad de dar un giro a un presente preocupante. Pero debe cambiar la actitud porque la confianza irá unida de una alta exigencia.