Álvaro Cervera, exentrenador del Cádiz, ha hablado sobre su carrera después de haber sido despedido en el Oviedo. El técnico sigue hablando con cariño del equipo gaditano y considera que le ha podido perjudicar ser tan claro a la hora de decantarse por un estilo de fútbol sin grandes adornos.
"Quizás si empezase intentaría engañar a mucha gente. Gente allegada a mí me dice que trate de cambiar el discurso. Yo pienso en evolucionar. Ser directo no significa que no debas cambiar, vas viendo el devenir del fútbol donde la gente está más preparada, aunque no me hace cambiar mi forma de pensar, sólo que hay que ir añadiendo cosas", ha dicho en una entrevista concedida a Relevo.
En cualquier caso, reconoce que en Cádiz no le pidieron cambiar de estilo: "En Cádiz fueron casi siete años, allí la gente vio al equipo de Segunda B a Primera de una forma. Quizás algunos pensaron que luego teníamos que jugar diferente. A mí no me exigieron eso, en Oviedo quizás sí".
De su paso por el club gaditano guarda un buen recuerdo de un puñado de jugadores: "Estuve mucho tiempo y creo que sí hicimos una familia, lo recuerdo así. Con los que empezamos al principio, los Garrido, José Mari, Salvi, Álex, etc. Siempre quedarán en mi recuerdo. Cuando vuelves a reencontrarte con ellos es como ver a un familiar o un amigo del alma".
Y de Garrido dice algo muy especial: "Es el jugador más listo que he entrenado. Jugando piensa como persona y no como futbolista, sabe sus limitaciones y ha llegado a jugar en Primera. Eso requiere una inteligencia fuera de lo normal".
Y sobre el fútbol que le gusta ver, antepone al Cádiz: "Normalmente veo al Cádiz por cariño. Lo veo como aficionado. Al que más me gusta ver es al Atlético. Al Girona lo he visto algún partido porque me interesa saber cómo se da esa racha de resultados".