La eliminación en la Copa del Rey ante la Arandina no ha sido plato de buen gusto en el Cádiz. Que un rival de Segunda RFEF te mande a casa no es nada bueno para el prestigio de la entidad cadista, pero existe mucha tranquilidad en el club amarillo. Todas las energías se centran en vencer este domingo a Osasuna en el Nuevo Mirandilla.
Las sensaciones que ha transmitido el Cádiz en las salidas a Mallorca y Vigo tienen mucho más peso que lo sucedido en Aranda de Duero. La figura de Sergio González cuenta con el mismo respaldo que cuando Gil Manzano pitó el final del partido en Balaídos. Respaldo y calma de cara a los tres partidos que restan en 2023.
Las declaraciones de Sergio González fueron las correctas, mostrando su malestar por la eliminación y pidiendo disculpas a la afición. Como entrenador de un equipo de Primera debe ser adñu la forma de afrontar la eliminación. Pero las condiciones en las que se jugó el partido pesaron mucho en el desarrollo del encuentro.
Es evidente que el Cádiz no puede recibir dos goles a balón parado de un rival tan inferior y que tiene que generar mucho más en ataque. Habrá jugadores que puedan estar marcados porque siguen sin aportar lo que se espera de ellos, pero las decisiones se tomarán por lo que suceda en LALIGA EA Sports.
Osasuna, Las Palmas y Real Sociedad son los tres próximos rivales y se debe cortar de inmediato la interminable racha sin ganar. En el club hay confianza en el entrenador y en un grupo de futbolistas que puede mejorar mucho todavía. El choque del domingo es fundamental para revertir la situación, pero no se considera una situación límite. El apoyo a los profesionales y la tranquilidad son las armas para darle un vuelco al presente cadista.