Duro golpe de realidad para el Cádiz. El equipo de Mauricio Pellegrino realizó un pobre encuentro ante el Real Betis en un día grande para la ciudad. Los goles de Willian José y Pablo Fornals hicieron justicia en el Nuevo Mirandilla. El equipo amarillo suma ya veinte jornadas sin ganar un partido en LALIGA EA Sports y no termina de dar un golpe en la lucha por el descenso.
El choque ante el cuadro verdiblanco dejó duras imágenes. Principalmente, la que se produjo en el banquillo y la que aconteció en el césped en las postrimerías del encuentro. La realización captó el momento en el que Kouamé negó el saludo a Escalante, dando muestras de mal ambiente. La afición, cansada de esperar a un equipo que no responde ante una situación muy complicada, mostró su malestar lanzando los chubasqueros que el club les había proporcionado.
Aunque pareciese imposible, la noche podría haber sido peor aún para la entidad gaditana. La imagen final exponía al Cádiz a una sanción económica por infringir el artículo 117, como bien ha apuntado el periodista Ramón Fuentes: "Cuando con ocasión de un partido se produzcan hechos de los definidos en el artículo 15 del presente ordenamiento y se califiquen por el órgano disciplinario como leves, el club responsable será sancionado con multa de hasta 602 euros".
El motivo por el que el Cádiz se libra de la citada cuantía económica es sencillo. De Burgos Bengoetxea, trencilla principal del encuentro, no recogió en el acta ningún tipo de incidencia.
El lógico cabreo de los aficionados presentes el pasado viernes en el Nuevo Mirandilla fue recogido con autocrítica por varios de los futbolistas amarillos que comparecieron en las entrevistas postpartido.