La hora del cambio en el Cádiz: las tareas pendientes de Pellegrino

Las sensaciones que dejó el partido ante el Betis del pasado viernes no pudieron ser peores. Un equipo plano este Cádiz, que fue incapaz de sobreponerse al primer gol y que al verse obligado a buscar la portería rival se le vieron muchas carencias. Prácticamente los mismos hombres con los que venía contando Sergio González, un esquema similar y un resultado idéntico.

Con la salvación a tres puntos y con muchos partidos todavía por delante da la sensación de que ha llegado el momento del cambio. Mauricio Pellegrino no es un hombre de dar grandes titulares, pero se espera de él que en este momento sea capaz de agitar el árbol para que se vea algo diferente sobre el campo para competir de verdad y tener esperanzas reales de lograr la permanencia.

Cambio de sistema

No se puede descartar un cambio de sistema en un entrenador que en su anterior etapa en España se caracterizó por una gran riqueza táctica. Necesita encontrar el equilibrio para que sea un Cádiz seguro atrás, pero con capacidad para llegar al área rival, algo que se echa de menos en este momento.

Los fichajes

Es lógico que los aficionados se extrañen de que los tres fichajes llegados en enero no sean titulares y que, en dos casos, ni siquiera hayan debutado todavía. No se trata de hacer un equipo para contentar a los aficionados, pero parece evidente que mantener el mismo bloque que lleva sin ganar desde el 1 de septiembre tampoco parece una solución.

Recuperar a los que deben tirar del carro

Desde el inicio de temporada se tiene claro que algunos jugadores llegaron para tener mucho protagonismo en el equipo y no han ofrecido el rendimiento esperado. Jugadores como Machis o Maxi Gómez son muy necesarios y uno de los objetivos del entrenador es conseguir que eleven su prestaciones, pero para eso deben contar con minutos. En la parcela ofensiva hay mucho que mejorar y son futbolistas que pueden ofrecer soluciones. Mención aparte para Ocampo, al que hay que recuperar como objetivo prioritario ante la necesidad imperiosa de contar con jugadores desequilibrantes.