La situación de Brian Ocampo en el Cádiz es muy diferente a lo que se podía pensar al inicio de la temporada. Se sabía que no podría volver a jugar hasta finales de 2023 por esa grave lesión sufrida la pasada campaña, pero el cadismo confiaba en que su reaparición fuera acompañada de un rendimiento más constante.
Estaba claro que había que tener paciencia con el uruguayo porque un problema físico de ese calibre necesita de mucho tiempo. Fueron unos siete meses hasta que volvió a jugar un partido oficial y fue en la Copa del Rey en un campo impracticable. Después de eso llegaron algunos minutos y también la sensación de que no estaba del todo preparado.
Con el paso de los meses su presencia es casi testimonial. Va convocado casi todos los partidos y ha jugado algunos minutos, pero sin tener influencia. El que estaba llamado a marcar diferencias como la hizo la pasada campaña, por el momento no termina de dar el paso para convertirse en un referente del equipo.
Pero en sus redes sociales se muestra con ánimo para darle la vuelta a la situación. "Se va a dar, todo se va a dar. Sólo hay que seguir", dice en una de sus últimas publicaciones. El texto va acompañado por una foto en la que aparece sonriendo, algo que no es muy habitual en el sudamericano. Será una gran noticia para el Cádiz porque sigue habiendo mucha fe en un jugador especial, de los que no abundan.