El declive imparable de Maxi Gómez: sin equipo y jugando un torneo de barrio en Uruguay

La trayectoria de Maxi Gómez en los últimos años ha ido decayendo de un modo muy llamativo. El delantero que en la temporada 2017/18 fuera capaz de marcar 17 goles con la camiseta del Celta con 21 años ha ido en declive y ahora, con sólo 28, está sin equipo y jugando pachangas entre amigos porque su rendimiento ha caído en un pozo sin fondo después de fracasar en el Cádiz, su último equipo en España.

Cuatro millones pagó el Celta al Defensor Sporting por el ariete, que después de dos grandes temporadas fichaba por el Valencia a cambio de unos 32 millones. Era entonces, en 2019, un futbolista que aspiraba a ser uno de los delanteros con más futuro en el fútbol europeo. Llegó a tener una cláusula de 140 millones, pero todo fue a peor desde ese momento.

Vistiendo la camiseta del Valencia marcó apenas 20 goles en cuatro temporadas y su estrella se fue apagando y se terminó marchando al Trabzonspor en una operación que incluía 3 millones en cuatro plazos más el 25% de una futura venta y el conjunto valenciano se reservaba un 20% de una futura venta. 

Tampoco pudo en Turquía acercarse a ese delantero goleador de sus primeros años en Europa, pero seguía teniendo cartel y el Cádiz apostó por él. Asumió un sueldo muy alto con la esperanza de que fuera capaz de resucitar vistiendo de amarillo, pero no marcó ni un solo gol en 31 partidos y dejó la sensación de que estaba viviendo de las rentas.

Jugando con aficionados

El uruguayo volvía al Trabzonspor en la pasada pretemporada, pero viendo el color que estaba tomando su carrera, se llegó a un acuerdo para liquidar su contrato. Ha vuelto a Uruguay y circulan imágenes de él jugando el Torneo de los Barrios de Paysandú. En sus redes sociales cuelga imágenes de su trabajo en solitario para no perder la forma y quedan en el recuerdo esos días en los que parecía que iba a labrarse una gran carrera en el fútbol.