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La maldición bajo palos en el Leganés

Cuatro porteros distintos en otras tantas jornadas de liga consecutivas, ese es el extraño caso en el que se ha visto envuelto el Leganés durante las últimas semanas como consecuencia de una mezcla de circunstancias fortuitas y decisiones desde el banquillo.Carlos Mateos
La situación, atípica y muy pocas veces vista, ha sido fruto de un guión inesperado que nadie hubiera imaginado cuando los madrileños visitaron al Espanyol. El plantel que dirige Asier Garitano venía de lograr una importante victoria ante el Osasuna durante un duelo en el que cayeron lesionados de diversa gravedad Alexander Szymanowski, Diego Rico y Róber Ibáñez.
No fueron las únicas desgracias ya que pocos días después, durante esa cita en Cornellà-El Prat, un mal apoyo de Jon Ander Serantes le obligaba a retirarse del césped en camilla. Los peores augurios se confirmaron tras las pruebas médicas. Sufría una lesión en el ligamento cruzado anterior que podía obligarle a perderse toda la temporada.
Ese problema físico fue un revés anímico para sus compañeros toda vez que el vasco se había convertido en pieza clave en el vestuario. Ídolo para la afición y fundamental en el ascenso, entre otras cosas por el trascendental penalti que detuvo en Oviedo, él mismo había conocido ya lo que era luchar por hacerse con un hueco en el once.
Fue durante la campaña de su aterrizaje en el club, justo la del retorno a la categoría de plata. El técnico venía de dar oportunidades en Segunda B a Jesús Jiménez, Dani Barrio y Queco Piña. De ellos estos dos últimos continuaron con el grupo y ambos tuvieron sus opciones de afianzarse. También Serantes, que finalmente sería el elegido y seguiría como el hombre de confianza en la 2015-2016.
Ese rol parecía confirmado este año, cuando era un fijo por delante de Roberto Brignoli. El italiano, cedido por la Juventus de Turín en el mercado estival, fue quien saltó al césped ante el Espanyol en su lugar. Aquella tarde recibiría tres goles, a los que se sumarían otros tres en la Copa del Rey contra el Valencia.
En paralelo la entidad se movió para buscarle una competencia y el elegido fue Iago Herrerín. El meta, que compartía protagonismo en el Athletic con Iraizoz y Kepa, aceptó la oferta y a los pocos días de llegar ya estaba vestido de corto para enfrentarse al Villarreal.
Su debut fue más que satisfactorio, realizando buenas paradas y siendo protagonista en el empate a cero ante los amarillos. También se mantuvo imbatido en la visita a Las Palmas. A ese viaje no iría Brignoli, a quien sustituyó por decisión técnica en la convocatoria Diego Barrios.
La misma historia se repitió el pasado domingo ante el Eibar. Herrerín formó como titular pero, en un balón dividido fuera del área, derribó al japonés Inui y acabó siendo expulsado. Tomó entonces la alternativa Barrios, que encajó un desafortunado tanto después de que el balón tocara en un jugador de su equipo.
Sin embargo todo apunta a que el último capítulo no está escrito. Garitano, que siempre se ha mostrado partidario de trabajar con tres porteros y que podría ver salir a Brignoli en invierno, ya ha confirmado públicamente que en las oficinas trabajan para traer a otro efectivo más en la zona.
Teniendo en cuenta que Herrerín debe cumplir un partido de sanción ante el Betis y que además se perderá el siguiente a ese contra el Athletic por una cláusula en su contrato, la cifra puede elevarse a cinco caras distintas en cinco jornadas.

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