Carlos Mateos Gil
Madrid, 24 ene .- En un día que estaba llamado a ser un nuevo plebiscito para Karim Benzema este respondió reencontrándose con el acierto de cara a puerta si bien la eliminación de su equipo en los cuartos de final de la Copa del Rey tras caer por 1-2 ante el Leganés hizo que ese logro personal pasara desapercibido.
Había incertidumbre por saber cómo recibiría la afición al punta galo después de silbarle en el encuentro liguero ante el Deportivo de La Coruña, donde disputó sus primeros minutos tras una lesión en el bíceps femoral de la pierna derecha que le había impedido jugar desde el arranque del 2018.
Esa reacción en contra de la grada hizo que su técnico Zinedine Zidane saliera a pedir un mejor trato hacia el delantero en la rueda de prensa previa al choque, donde el equipo buscaba certificar el pase a semifinales después de imponerse por 0-1 en su visita a Butarque.
Como era previsible Benzema fue titular en ataque, esta vez acompañado por Lucas Vázquez y Marco Asensio ya que el entrenador optó por dejar al portugués Cristiano Ronaldo y al galés Gareth Bale fuera de la convocatoria anulando la opción de ver junta de nuevo a la llamada 'BBC'.
Desde el arranque el 'nueve' blanco se vio perdido en ataque debido a las dificultades de su equipo para generar acciones ofensivas y a la buena vigilancia de la zaga del Leganés, con Siovas y Bustinza en el eje de la misma.
Pese a ello logró obtener unos tímidos aplausos durante los compases iniciales, cuando peleó y posteriormente recuperó un balón que parecía perdido impidiendo así la salida desde atrás del contrario.
Fue una de las pocas jugadas en las que adquirió protagonismo ante las dificultades de entrar en contacto con el esférico. Los blancos no le encontraban como referente arriba y circunstancialmente tenía que desplazarse de su posición natural para dejarse ver.
Lo hizo, por ejemplo, en una acción en banda izquierda. Tras encarar a un rival perdió la posesión, momento en el que se escucharon algunas muestras de disconformidad por parte de los asistentes.
Tampoco se fueron estos contentos con la única ocasión de peligro que tuvo en la primera mitad, una asistencia desde la derecha que no llegó a cabecear por poco. El duelo, con 0-1 favorable al Leganés al descanso, le exigía mayor relevancia. Todo cambió de vuelta al verde.
No se habían cumplido dos minutos de la reanudación cuando el atacante recibió al borde del área y combinó con Lucas Vázquez. Devolvió este la pared mediante un gran pase al hueco y el francés, con calidad, superó a Champagne en su salida poniendo el empate y apagando momentáneamente las alarmas.
El gol permitía respirar al anfitrión y al mismo tiempo a su autor poner fin a una sequía que databa del pasado veinticinco de noviembre, día en el que hizo la primera diana de la victoria por 3-2 ante el Málaga.
Sin embargo poco duró la alegría ya que, en el cincuenta y cinco, Gabriel con un remate de cabeza a la salida de un córner volvía poner por delante al rival sembrando de nuevo las dudas. La aportación de Benzema volvía a ser muy necesaria.
No iba a estar solo en la tarea de buscar el segundo para los suyos ya que, dada la situación, desde el banquillo se optó por introducir a Mayoral en sustitución de Isco. El canterano se situó en punta junto a su compañero.
Ambos se asociaron bien y en apenas un minuto dispusieron de una clara oportunidad cada uno. Primero Benzema, quien enganchó una buena asistencia de Lucas Vázquez en el punto de penalti obligando a la intervención de Champagne. Más tarde Mayoral, cabeceando un esférico que se marchó cerca del palo.
Se quedaron cerca ambos pero ninguno encontró la red y en los instantes finales, con los ataques desesperados en busca del empate, poco pudieron hacer en un área poblada en demasía por futbolistas de uno y otro bando.